Mitos y propaganda
La ciudadanía tiene que tomar en cuenta estos datos y no dejarse llevar por la propaganda
Uno de los argumentos para convocar al voto por el Sí en el próximo referéndum es afirmar que el MAS ha logrado importantes avances en materia social, junto a estabilidad y crecimiento para el futuro. Si contrastamos esta afirmación con la realidad podemos encontrarnos con su contrario. Tomando como ejemplo el uso de las inversiones entre los periodos 2000-2005 y 2006-2015 observamos los siguientes porcentajes: sector productivo (P) 11,29%, infraestructura (I) 49,46%, área social 33,13% (S) y multisectoriales 6,04% para el primer periodo; y 21,34% (P); 49,29% (I); 24,8% (S) y 4,7% (M) para el segundo. Es decir que el actual y los anteriores gobiernos registran casi el mismo porcentaje de inversión, con excepción del rubro productivo, en el que el MAS supera en 10 puntos porcentuales a la gestión anterior, pero lo hace a costa de los gastos sociales. Una verdadera contradicción para la propaganda oficial.
Por otro lado, según datos brutos del Vifpe, en la década 2006-20015 la inversión pública fue de $us 25.741 millones, distribuida de la siguiente manera: sector productivo 5.493 MM; infraestructura 12.688 MM; social 6.383 MM y multisectorial 1.209 MM. No es posible medir la calidad de las obras en infraestructura en el corto plazo, pero como ha denunciado la periodista Amalia Pando, los contratos tienen elevadas comisiones, que según algunos empresarios alcanzan al 20%.
Por tanto, es muy probable que estas obras no tengan la calidad que se debiera; muestra de ello es el derrumbe del paso a nivel en Cochabamba.
Los pobres resultados en hidrocarburos y minería son más impactantes. Por caso, la refinadora de cobre de Coro-Coro, la planta de Karachipampa, el ingenio de Huanuni, el horno Ausmelt para Vinto y la industrialización del litio son deficitarios, están estratégicamente mal orientados o peligrosamente retrasados. A su vez, la perforación del pozo de Lliquimuni, la fábrica de urea de Bulo Bulo y la separadora de líquidos de Villa Montes tampoco muestran resultados positivos.
Para el inmediato futuro y dar la impresión de continuidad de la “bonanza”, el MAS ha difundido un plan de desarrollo 2016-2020, con base en una fiebre de inversiones que se harán a costa de un millonario endeudamiento que puede alcanzar rápidamente el 50% del PIB, límite no aconsejable en un escenario de bajos precios de nuestras materias primas.
No obstante, el MAS no escucha las voces de alerta ni los llamados a la prudencia, y menos lo hará si se le renueva la confianza al binomio presidencial que ha creado una estructura de administración gubernamental que, como lo muestra el escándalo con la empresa china CAMC, lo llevará al derroche de los escasos fondos. La ciudadanía tiene que tomar en cuenta estos datos a tiempo de emitir su voto y no dejarse llevar por la propaganda que solo ha construido mitos.
Es exsenador y exministro de Minería.