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Modernidad insuficiente

Los resultados del referéndum constitucional acaban de demostrar que la pura modernidad no alcanza, que además de la base material se requiere la ilusión. Es difícil entender, por ejemplo, por qué el Movimiento Al Socialismo (MAS) pierde en Santa Cruz después de haberles dado más que ningún otro gobierno en infraestructura e inversión. Además, después de haber ganado en el departamento hace tan solo un año y medio. Y lo propio en Beni, donde hace menos de un año ganó la gobernación. Tal vez las obras no llegaron todavía, pero…

Lo de Potosí es más fácil de entender: no haber recibido al Comité Cívico Potosinista mostró arrogancia, y si hay algo que los bolivianos no soportan es eso. El MAS no perdió por el escándalo Zapata (que se ha convertido en una tragicomedia), ni por los asesores de la derecha. Perdió porque en algunos lugares se separó de la base.

Y mientras reflexionamos lo que pasó en cada lugar, es el momento de pensar en la Bolivia invisible, que siempre fue la base del MAS, y entender qué es lo que ésta quiere. La revolución no puede ser para los pobres, sino con los pobres. Es muy significativo que la nación aymara se haya portado tan firme al lado de Evo y Álvaro. De hecho, el departamento de La Paz es donde mayor votación numérica y porcentual obtuvo la izquierda, y esto incluye El Alto. Habrá que priorizar las inversiones en estas zonas, donde hay mayor posibilidad de desarrollo de las ideas revolucionarias. Lo propio vale para Cochabamba la leal, donde también se ve la mano del gobernador Iván Canelas.

No estaría mal volver a las raíces. No creo que el MAS haya retrocedido a 2005, pero se ha solidificado. Ha endurecido su voto. A pesar de la guerra sucia y de los dimes y diretes, la gente que votó por la continuidad de Evo y Álvaro es de hierro. Y es hora de escucharla, entender por qué existe una resistencia tan grande de los sectores populares a la modernidad occidental.

Si bien adoptan algunos de sus rasgos, en el fondo continúan, tercamente, manteniendo sus propios libretos, su propia aprobación de la territorialidad, su propia versión de la vida. Si vemos la composición social del voto, no hay dudas de que fueron los más pobres los que apoyaron mayoritariamente al Gobierno. Hay, pues, que gobernar con ellos.

Mientras tanto, la oposición comenzó a pelear el día mismo de la victoria del No. Con seguridad irá atomizada a la elección de 2019, en la que se enfrentarán dos formas de ver el futuro. Cómo lleguemos a ese escenario dependerá de cómo se decodifique lo que la mayoría de los bolivianos quiere. Y mientras tanto, atención doña Soledad Chapetón y don Félix Patzi, están viviendo en territorio prestado.