Tontos útiles
Como en todo lado, en Bolivia existen tontos útiles, como la izquierda que llamó a votar por el No.
Son los pueblos originarios los que nuevamente posicionan con sus luchas la necesidad de reflexionar en el mundo de hoy sobre lo que llamamos la vida comunitaria o la comunidad. Es un preciado sentimiento de la humanidad recuperar los deseos vitales de cuestionar el individualismo en el que nos ha confinado el sistema denominado por nosotras “patriarcado”, este gran monstruo erigido a través de la historia sobre el cuerpo de las mujeres, que domina y lastima cotidianamente hoy tanto a mujeres como a hombres y a la naturaleza.
El gran monstruo de mil cabezas, que por si acaso no es la mujer Medusa de la mitología griega, es más bien el “patriarcado”. Se trata de un monstruo que se encarna en el cuerpo de hombre para dominarnos mejor. Este sistema aísla y rompe los lazos mínimos, la mínima organización entre iguales que nos puede permitir recuperar la memoria y proyectar la utopía de la construcción de la comunidad. Por eso, los sindicatos, organizaciones sociales, pueblos indígenas o cualquier agrupación que cuestione el individualismo, denuncie y se posicione ante las dominaciones, opresiones, discriminaciones y explotaciones será objeto de violencia, ataques y represiones.
Desde el proceso de cambio boliviano se retoma las reflexiones de nuestras ancestras y de la humanidad. El camino a la nueva Constitución del Estado Plurinacional de Bolivia nos ha dotado de un instrumento valioso que incorpora en las bases mismas constituyentes lo comunitario. Aunque todavía viene acompañado de palabras como unitario, social de derecho, plurinacional, libre, independiente, soberano, democrático, intercultural, descentralizado y con autonomías; una especie de ensalada de conceptos que reflejan las luchas, los intereses y privilegios que todavía existen en Bolivia. Pero que a la vez nos muestran las luchas que emprendemos y las luchas que vencemos.
Como en todo lado, hoy existen en Bolivia tontos útiles; por ejemplo, la izquierda que llamó a votar por el No en el referéndum constitucional. Toda la construcción planteada por el pueblo se la sirvieron en bandeja de plata, oro y demás metales preciosos. Repito, pusieron esta construcción al servicio de los intereses del capital y de la derecha. Aquí ganó la derecha. Ustedes, so pedazos de tontos, son lo que la derecha soñó como sirvientes baratos; a quienes manipuló con nuestro propio discurso, que aprendieron de nuestro pueblo.