El 7 de abril se conmemora el Día Internacional de la Salud y cobra relevancia la Agenda de Cooperación entre Chile y Bolivia en materia de salud pública, logrando transformar de forma conjunta la mirada de las relaciones internacionales en beneficio de las personas, como motor de desarrollo y de integración regional.

Se trata de dos proyectos de cooperación que hoy impulsan y proyectan la salud pública de Bolivia. El primero de ellos se denomina Cuidados Paliativos del Cáncer Infantil, a cargo del Fondo Chile, que busca replicar un programa de la  ONG Fundación Nuestros Hijos y el Hospital de niños y niñas Exequiel González Cortés de Chile, en países como Perú, Bolivia, Colombia y Paraguay, colaborando en la formación de sus equipos clínicos oncológicos y vinculando a la sociedad civil a través de las agrupaciones de padres. El programa espera apoyar la adhesión a tratamientos desde un enfoque integral y mejorar las condiciones de transición de las familias cuyos hijos se encuentran en etapa terminal.

Por otra parte, este 30 de marzo, la Universidad Mayor de San Andrés  (UMSA) graduará a su primera generación de terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos, especialidades clínicas que permitirán dar acceso a tratamientos oportunos de habilitación y rehabilitación a la población afectada. Ambas carreras fueron creadas en 2011 y cuentan con un total de 212 alumnos egresados y en formación. El logro es el resultado de un proyecto de cooperación triangular de Chile y Japón en Bolivia, en su inicio, y de cooperación bilateral posteriormente entre Chile y Bolivia; contando con el apoyo boliviano del Ministerio de Salud y Deportes y la Universidad Mayor de San Andrés, y chileno de parte del Ministerio de Salud, la Universidad Andrés Bello y el Instituto Nacional de Rehabilitación Pedro Aguirre Cerda (INRPAC).

Estas experiencias de cooperación internacional impactan directamente en la calidad de vida de la población boliviana, brindando acceso a programas y servicios de salud innovadores, con una mirada integral y multidisciplinaria que amplía las perspectivas de los pacientes y sus familias, dando evidencia del alcance de la Cooperación Sur-Sur entre países hermanos de América Latina.

Construir sinergias mediante la cooperación es tarea de todos y el progreso regional puede ser impulsado a través del intercambio de experiencias, la asistencia técnica y el conocimiento de otras realidades y políticas públicas; aprovechando las similitudes culturales, e identificando juntos instancias para innovar y potenciar áreas de cooperación, como la salud. En este sentido, Chile se enorgullece de tener una política de cooperación para el desarrollo “con rostro humano” y centrada en América Latina y el Caribe.