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¿Quién le teme a la verdad?

Desde que comenzó el 2016, 70 personas fueron ejecutadas en Arabia Saudí, muchas de ellas decapitadas. El pasado 2 de enero, 47 fueron “ajusticiadas por terrorismo”. Según cifras oficiales, 153 personas fueron ejecutadas en 2015, la cifra más alta de los últimos 20 años en este reino ultraconservador que sostiene una interpretación rigorista de la ley islámica. De la tiranía saudí, que financia mezquitas por todo el mundo e incluso ha financiado a Bin Laden, puede decirse que es el principal foco de fanatismo islámico.

Aun así, el Presidente francés semanas atrás condecoró al Príncipe heredero saudí con la Legión de Honor, la mayor distinción en Francia. Por cierto, intentaron mantenerlo oculto, pero “la maldita prensa” finalmente se enteró. Lo que sucede es que el Gobierno francés mantiene importantes contratos armamentísticos con este reino. Es decir, las armas, la violencia los unen.

Precisamente, la “autoridad” del Estado moderno se basa en su monopolio de la violencia, y el peor enemigo de la violencia es la información, la verdad. Por caso, de poco sirve una poderosa fuerza represiva policial si se cuenta con información suficiente como para anticipar sus movimientos y escaparse. Por eso, muchos gobiernos, muchos políticos, consideran a los periodistas como sus peores enemigos.

Tomemos por caso México, donde se libra una infernal “guerra contra las drogas”. Está claro que la “prohibición” del tráfico y consumo de drogas es solo una excusa para reprimir a aquellos “traficantes” que no dan a los funcionarios el soborno adecuado. De otro modo, no se explica que el país con las fuerzas armadas más poderosas, Estados Unidos, sea el de mayor consumo de estupefacientes.

“El 2015 ha sido un año increíblemente violento para la prensa”, dijo Darío Ramírez, director en México de Artículo 19, organización internacional que trabaja en la defensa del derecho a la libertad de expresión. Fueron 397 agresiones y siete asesinatos de periodistas. “El miedo está instalado en todas las redacciones”, dijo al presentar el informe M.I.E.D.O. (Medios, Impunidad, Estado, Democracia, Opacidad). La organización asegura que en 2015 la violencia contra la prensa aumentó en 21,8%, al pasar de 330 agresiones en 2014 a 397 en 2015.

“Hablar con periodistas, reporteros y camarógrafos basta para notar un velo de temor”, aseguró Ramírez. De los ataques documentados contra la prensa el año pasado, 244 fueron dirigidos contra hombres, 84 contra mujeres y 69 contra empresas informativas; 80% más que en 2014. Treinta de las agresiones a medios de comunicación son ataques cibernéticos. Los medios digitales fueron los más agraviados, con 32 casos, sobre los periódicos y revistas. Las instalaciones de medios fueron atacados con explosivos y armas de fuego en cinco ocasiones.  

“La impunidad es cada día más y el desdén de las autoridades es cada día mayor”, dijo Ramírez. El informe asegura que muchas de las agresiones vienen desde el poder. “Cuatro de cada diez son cometidas por servidores públicos”, revela. En 2015, el 8% de las agresiones vinieron de miembros de partidos políticos, el 81% de autoridades estatales y locales y el resto, de funcionarios federales. El crimen organizado ocupa el segundo puesto entre los depredadores de la prensa, pero debe decirse que estas bandas organizadas operan en “zonas liberadas” por las autoridades que, muchas veces, son los jefes de los criminales.