El anuncio de la existencia de los Papeles de Panamá causó una conmoción mediática de gran alcance. Las primeras revelaciones de dichos archivos desencadenaron repercusiones en la situación de varios líderes políticos, pero también pusieron en marcha la discusión por parte de gobiernos europeos de medidas normativas para evitar en el futuro las operaciones de ocultamiento financiero practicadas por gente con fortunas excepcionalmente grandes, quienes buscan en general ocultar su riqueza por diversos motivos.

La operación de divulgación al público internacional se inició con la recepción a lo largo de un año de 11,5 millones de documentos por parte del periódico alemán Süddeutshe Zeitung, transmitidos por vía electrónica por una persona que se mantiene en el anonimato. Los documentos filtrados provienen del bufete de abogados Mossack Fonseca, radicado en Panamá y especializado en asesorar a personas o empresas en la creación de mecanismos que manejan títulos, acciones y dinero en cuentas bancarias alejadas del control fiscal de sus países de origen.

El periódico alemán entregó a su vez dichos archivos al Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) para ser examinados por más de un centenar de periodistas en todo el mundo. Dichos documentos proporcionan un panorama completo de las operaciones financieras ilegales en los paraísos fiscales; su importancia radica en que es la primera vez que se puede conocer en detalle las operaciones de los paraísos fiscales en un lapso que abarca los últimos 40 años.

La discusión preliminar sobre la materia debe tomar en cuenta al menos tres aspectos. En primer lugar, es preciso conocer en profundidad los métodos y procedimientos del sistema establecido para ocultar la riqueza, lo que incluye, entre otras cosas, la existencia de países o territorios que funcionan como paraísos fiscales, bufetes especializados de abogados en tales países y bancos internacionales, que en conjunto proceden a sacar del control legal y la supervisión hacendaria enormes montos de dinero y valores de muy diversos orígenes. Aunque no todas las operaciones que ejecuta el sistema son ilegales, ni todos los recursos son mal habidos, se trata en su mayoría de dineros que provienen de la evasión fiscal, la corrupción, el lavado de dinero, el tráfico de armas y la trata de personas, entre otros.

Las iniciativas gubernamentales para evitar estas operaciones, que por lo general incluyen un componente delictivo de evasión fiscal, consisten, entre varias otras medidas, en la eliminación del secreto bancario, el intercambio automático de información, la publicación de listas de los paraísos fiscales, así como la adopción de normativas menos laxas en el tratamiento de la evasión fiscal.

El segundo aspecto a considerar se refiere a la forma en que se filtra a la opinión pública internacional la documentación del ocultamiento de riqueza. Se requiere para comenzar un delator interno que tiene acceso a los archivos correspondientes, con capacidades tecnológicas para hacerlos llegar a un periódico de gran reputación internacional o directamente a una red de periodistas como el ICIJ. El delator corre ciertamente riesgos graves, que incluyen la posibilidad de su encarcelamiento. Sus móviles no suelen ser monetarios.

Por último, un aspecto muy importante en este contexto estriba en que la sociedad accede a información que sería imposible de lograr como resultado de una investigación realizada por organismos gubernamentales. Por eso mismo, la práctica del periodismo serio de investigación acompañada de medios de prensa independientes de alcance internacional constituye un valioso ingrediente para el control de los principales detentadores del poder económico y político en el mundo.