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Elecciones en Perú

El domingo se celebraron en Perú elecciones para elegir a quien sucederá en la presidencia a Ollanta Humala. Los resultados preliminares, al 92% de las actas contabilizadas, dan una clara victoria a Keiko Fujimori, hija de Alberto Fujimori, quien presidió el vecino país desde 1990 hasta 2000, con un periodo de gobierno de facto entre 1992 y 1995; pero habrá segunda vuelta.

Keiko Fujimori captó el 39,75% de la votación, heredando un buen recuerdo de una parte del electorado peruano que añora los tiempos de orden (así sea autoritario) de su padre. Recordemos que durante la época de Fujimori, Perú logró un crecimiento acumulado del 44%, y durante su mandato acabó con los dos movimientos subversivos más importantes que asolaron ese país: Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA). El perfil populista de derecha de Keiko ha logrado, de alguna manera, seducir a facciones del electorado conservador peruano.

Keiko, entonces, representa la esperanza de orden y estabilidad en medio de un contexto en el que la percepción ciudadana evalúa a los políticos gobernantes como involucrados en casos de corrupción sin precedentes. El ser mujer y relativamente joven favorece a la imagen de Keiko, quien se muestra como la encarnación del cambio y de una nueva época para Perú.

Si bien parte de la fortaleza de Fujimori tiene que ver con ser mujer y joven y un mensaje orientado a renovar los “viejos buenos tiempos” de la gestión de su progenitor, precisamente él es su más dramática debilidad; Perú tiene una alta resistencia a Fujimori padre, por los escandalosos casos de corrupción y por las innumerables violaciones a los derechos humanos vividos en su decenio. Para ganar la presidencia, Keiko debería vencer esa resistencia, que fue la que le impidió ser presidenta en 2011, cuando perdió la segunda vuelta frente a Ollanta Humala.

El segundo lugar, con un 21% de caudal electoral, lo ocupa el candidato de centro derecha Pedro Pablo Kuczynski, economista de 77 años y ex ministro de Finanzas de Alejandro Toledo. Kuczynski es un destacado representante de la élite limeña y su sello político marca la estabilidad, el cumplimiento de las reglas y el combate a la corrupción. Esta última bandera ha ganado mucho valor en el actual contexto político peruano. El tercer lugar, con el 18,8% de los votos,   lo ocupa la aspirante de izquierda Verónika Mendoza, quien se erige como la sorpresa electoral de este 2016. Mendoza llegó hasta donde está gracias a una campaña principista y con un fuerte mensaje de cambio, que también llega a través de su imagen de mujer joven y preparada.

Para el caso, la figura de Mendoza logró aglutinar a las izquierdas en torno suyo, y si bien al 91,85% de actas contabilizadas no le alcanza para llegar a la segunda vuelta, ya se anotó un logro al instalar una importante bancada en el Parlamento peruano.