He viajado por cinco países aparte de mi tierra natal, Colombia. Son dos años durante los cuales he puesto en práctica la responsabilidad de vivir en libertad. Conociendo la forma de vivir de los demás viajeros comúnmente llamados “mochileros” o técnicamente “trotamundos”; he aprendido a respetar la forma de vida de cada persona, sus pensamientos y libertades, tanto de expresión como de comportamiento; no hay mejor ejemplo de vida para encontrar la diferencia tan tenue entre los términos “libertad” y “libertinaje”.

Es muy fina la línea que delimita a estos dos conceptos, que generalmente se confunden de acuerdo con el espectador de la vida. La libertad es una etapa que llega de manera natural e inevitable. No es algo que se encuentre al salir de la casa o al realizar actos y tomar decisiones, que por falta de la esencia fundamental de la libertad —la responsabilidad— nos lleva a adquirir un flash de conocimiento que se denomina experiencia. A este aspecto se le atribuye el término libertinaje, puesto que se da rienda suelta a los impulsos de rebeldía e ignorancia en el conocimiento de la verdadera finalidad de vivir en este hermoso plano, que por consecuencia llevan a buscar una ruta de escape frente a las situaciones que uno llega a atravesar; a la decisión de no afrontarlas, salir o escapar del círculo de la sociedad; de su decadente forma de gobierno, de su fallido sistema educativo, de su imposición religiosa que enceguece los ojos al conocimiento místico del amor que es Dios; a estar preso en una selva de concreto colmada de polución y que avanza merced a la destrucción de la Madre Tierra; a buscar esa mal llamada libertad sin primero adquirir el conocimiento de saberla utilizar y vivirla con responsabilidad.

A través del párrafo anterior no se pretende juzgar a un grupo específico de la sociedad. Se trata tan solo de un pequeño ejemplo de la realidad que se vive cada día en cada país, en cada ciudad, en cada comunidad, en cada familia, en cada persona que pretende limitar la libertad de su prójimo según su propio criterio, desconociendo que las leyes de la naturaleza son equitativas para con todos.

La libertad no se encuentra ausentándose del mundo, porque vaya a donde vaya, el ser humano va a cargar en las espaldas con su pasado. La libertad se encuentra dentro de cada corazón y en la responsabilidad de cada acto que se realiza con conciencia y humildad. Ahora bien: ¿vive usted en libertad o en libertinaje?