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Cuestión de ex

La prensa opositora se empecina en colocar al lado del nombre de Gabriela Zapata la consiga de expareja del presidente Evo Morales. Es decir, hacen permanente referencia a un tema que pasó hace 10 años. No miden con el mismo rasero a la más actual relación de la señora en cuestión con Hugo Carvajal, hijo de un exministro de Gonzalo Sánchez de Lozada con el que la susodicha se casó y tuvo una hija. Ha desaparecido del horizonte la declaración de ella en la que señala que tendría además un tercer hijo.

No, la obsesión es con el Mandatario porque no buscan la verdad, sino el desgaste del régimen actual. Ya se ha probado que el presidente Evo no tuvo nada que ver con los supuestos tráficos de influencias, y que la señora Zapata comenzó a enriquecerse mucho después de que rompiera su relación con el Jefe del Estado y le dijera que el niño estaba muerto. ¿Para qué insistir entonces? Bueno, pero ése es su papel.

Lo que más me molesta de esta historia es que uno tenga que cargar con las historias de sus amores pasados. He tenido varias compañeras a lo largo de mi vida, pero creo que a todas les molestaría que en vez de calificarlas por sus méritos se refieran como a la ex del Jimmy Iturri. Y, por supuesto, que a mí también me digan el ex de fulanita de tal. Uno solo puede ser dueño de sus propias acciones y responder por uno mismo. Eso es lo sensato, lo que debería ocurrir.

Mientras tanto, los medios están presos de una telenovela de cuarta, donde la estrategia mediática es dejar colgado al perceptor con la promesa de que hay algo más por venir. Quedan, eso sí, pocos trucos ya. La baraja está demasiado manoseada, demasiado gastada y ha perdido candor.

En un reciente taller, el periodista Fernando Molina señalaba que para la opinión pública la señora Zapata aparecía cada vez más como una timadora. Y es que la gente no es tonta, y hasta que no aparezca la prueba de ADN del niño y coincida con la de padre y madre, la credibilidad de la hoy acusada de enriquecimiento ilícito y otros delitos estará colgando del abismo.

Corresponde a los medios enviar este caso a las páginas policiales, que es donde pertenece, y reemplazar el debate boliviano por temas muchísimo más importantes. Pronto haré una encuesta entre mis ex a ver si están de acuerdo con lo arriba señalado.