Las transnacionales y el ‘suma qamaña’
Hacen falta políticas que impulsen la llegada de transnacionales vinculadas sobre todo a la agroindustria
Desde su fundación y hasta nuestros días, en Bolivia hemos hecho todo lo posible por estrellarnos contra las transnacionales extranjeras, tratando de ahuyentarlas del país a como dé lugar, cuando en realidad deberíamos hacer todo lo posible por atraerlas, ya que las empresas multinacionales aportan capitales, mano de obra altamente calificada y tecnología de punta, que es justamente lo que necesitamos para desarrollarnos como país.
Por este motivo, se deberían desarrollar políticas para impulsar su llegada, sobre todo de las grandes compañías agroalimentarias, para que elaboren en el país productos con alto valor agregado destinados al consumo interno y a la diversificación de nuestras exportaciones. Asimismo se debería fomentar su implantación en las áreas rurales, creando a su alrededor polos de desarrollo, junto a entidades bancarias establecidas en el lugar para que financien iniciativas privadas vinculadas a la actividad de la empresa transnacional y a otros rubros.
Un banco rural —nacional o extranjero— de estas características no solamente crearía empleos para los pobladores locales, sino que además podría otorgar créditos a tasas de interés preferenciales y largos plazos de amortización para proyectos que contribuyan con el crecimiento local. Asimismo podría financiar obras de infraestructura como agua potable, alcantarillado e incluso educación y salud; áreas a las cuales el Estado muchas veces no pueda acceder por tener recursos limitados.
A su vez las empresas transnacionales, además de traer personal calificado, contratarían mano de obra local. Pero en lugar de ser empleados asalariados sería deseable que ingresen como socios que reciben dividendos por el aporte de su trabajo, participando así de las utilidades de la compañía. De esta manera los trabajadores/socios, conscientes de que les convendría generar la mayor utilidad posible para recibir más dividendos, se verían fuertemente motivados para contribuir con el aumento de la productividad de su empresa, dando lo mejor de sí mismos y de su trabajo; evitando al mismo tiempo disconformidades por motivos salariales que lleven a huelgas y paros o a producir menos. Lo cual además les permitiría ser sujetos de crédito de la entidad bancaria para poder adquirir otros bienes y servicios que mejoren su calidad de vida. Todo esto dentro del concepto del suma qamaña (vivir bien), que justamente reclaman los habitantes de las áreas rurales.
Todo lo anterior permitiría mejorar el nivel de vida de los habitantes del país, logrando un mayor crecimiento económico y social; además, impulsaría el desarrollo del sector privado en áreas en las que no puede ni debe incursionar el Estado. Asimismo aumentaría el grado de bancarización de los habitantes del área rural, que en Bolivia actualmente es el más bajo de la región, ya que no llega ni al 10% de la población rural.
En resumidas cuentas, la llegada de inversión extranjera, a través de compañías transnacionales, y de la banca privada y estatal a las áreas rurales del país contribuiría grandemente al desarrollo armónico del país, dentro de un contexto de economía plural, tal como lo establece la Constitución Política del Estado, que es lo que todos deseamos.