En medio de la aglomeración de gente que sale de su trabajo y del atolladero de vehículos en El Prado paceño se está cometiendo otro robo. De un minibús blanco lleno de pasajeros, un joven delgado abre la puerta con firmeza, de tal manera que varias personas voltean a ver la escena. Vestido con un canguro negro y una gorra del mismo color, la cierra con fuerza antes de correr por la vía principal y mimetizarse entre la gente, mientras los pasajeros del coche apenas reaccionan de la impresión de haber sido testigos del robo de un teléfono celular; y no poder hacer nada.

A esa misma hora, los noticieros informan acerca del asesinato de una joven que regentaba una tienda de automotivos en el cruce entre Achocalla y El Alto. Durante la mañana, dos personas habían ingresado al negocio para sustraer dinero y tubos de oxígeno, pero la encargada puso resistencia, así que los delincuentes la estrangularon hasta matarla. Los responsables en ambos casos aún no han sido identificados. Estos hechos son solo algunos ejemplos de lo que se vive en el país con la inseguridad que va creciendo.

Hasta el momento, el Gobierno ha convocado a seis cumbres nacionales de seguridad ciudadana, con énfasis en la reducción de la delincuencia juvenil y el mejoramiento del sistema de régimen penitenciario, además de una mayor modernización y tecnificación de la Policía Boliviana.

En cuanto a las fuerzas del orden, el ministro de Gobierno, Carlos Romero, afirmó que en principio existen ideas para materializar su transformación, como continuar con el progresivo mejoramiento de las condiciones materiales de vida y trabajo para los uniformados y cualificar a sus integrantes, para lo que se plantea ampliar la carrera policial en tiempo de servicio activo y darles más estabilidad a las especialidades que lleven a cabo.

Lamentablemente, desde la primera cumbre, que se llevó a cabo en Santa Cruz en junio de 2011, hasta el momento no han habido cambios sustanciales en la seguridad de las personas. Son varios los casos en los que la ciudadanía denuncia la llegada tardía de los policías a los lugares donde se han cometido hechos delictivos. También son conocidos los sitios donde suelen ocurrir una mayor cantidad de delitos, y en los que coincidentemente los efectivos policiales brillan por su ausencia.

Si bien esta clase de encuentros son importantes para analizar las causas y efectos de la criminalidad en el país, es mucho más primordial prevenir los hechos delincuenciales con una mayor cantidad de policías en los lugares más sensibles, para que no ocurran sucesos como en El Prado paceño antes mencionado ni asesinatos como el que sucedió en la tienda de El Alto.