Icono del sitio La Razón

El privilegio de enseñar

Ningún otro factor contribuye tanto a la superación de los individuos en particular y al progreso de un pueblo en general como la educación. De allí que propios y extraños reconocen la importancia de la labor que realizan los maestros, pues una educación de calidad pasa necesariamente por tener docentes altamente motivados y bien preparados. Sin embargo, en este aspecto aún existe mucho por mejorar en el país, en gran medida debido a que muchas de las políticas y recursos invertidos para tal efecto se han quedado a medio camino, absorbidos por la burocracia y la corrupción; pero también por la persistencia de bajos salarios (sobre todo en la educación básica), la falta de incentivos y de roscas de poder que privilegian los intereses personales por encima de la meritocracia. Por ello, es de esperar que el Día del Maestro, que se celebró ayer, sirva para recordar que una adecuada remuneración que reconozca la importancia de los educadores para la sociedad, junto a condiciones óptimas para enseñar y promover la investigación atraerían al ámbito educativo a profesionales sobresalientes con vocación de maestros que hoy prefieren dedicarse a otros rubros con mejores condiciones laborales; amén de incrementar la motivación entre quienes, a pesar de todas las limitaciones, deciden dedicarse a esta importante labor.