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Indiferencia climática

En ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, llamó a todos los países miembros a proteger la fauna y flora silvestres, ante el avance cada vez más creciente y habitual del tráfico ilícito, realizado por empresas e individuos motivados principalmente por obtener ganancias fáciles, sin importarles los impactos negativos que causan para las presentes y futuras generaciones.

También pidió dejar atrás la indiferencia contra la destrucción del planeta, asumiendo un compromiso con la conservación del patrimonio natural para beneficio de las generaciones actuales y futuras.
Bolivia es miembro originario de la ONU, cuenta con una legislación vigente, la Ley 1333 del Medio Ambiente promulgada en abril de 1992, que

plantea velar por la protección, conservación y restauración de la fauna y flora silvestre del país, en particular de las especies endémicas, de distribución restringida y en peligro de extinción; con base en información técnica, científica y económica, para hacer un uso sostenible de estas especies. De igual manera, la Ley  de los Derechos de la Madre Tierra ( Ley 071), promulgada en diciembre de 2010, y la Ley Marco de la Madre Tierra y Desarrollo Integral para Vivir Bien de octubre de 2012 (Ley 300) definen los lineamientos y principios que orientan el acceso a los componentes, zonas y sistemas de vida de la Madre Tierra para transitar hacia el vivir bien en armonía con la naturaleza.

Justo es reconocer que algunas instituciones y organizaciones de la sociedad civil contribuyen para disminuir el tráfico ilegal de especies; sin embargo, la realidad muestra que las instituciones llamadas a dar cumplimiento a las normas antes mencionadas están siendo rebasadas; por ejemplo, un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Aguas de Bolivia de 2013 expresa que de las 1.003 especies de vertebrados registradas en el país, más de 30 son amenazadas por el tráfico ilegal. El mismo informe afirma que el riesgo es “potencial” para casi todas las especies, siendo las variedades más amenazadas las lagartijas, iguanas, loros, tortugas, osos perezosos, monos y felinos.

Bolivia es considerada una de las naciones más ricas del mundo en diversidad biológica. Si deseamos conservar esta gran riqueza, debemos dejar de lado la indiferencia, dejar de ser permisivos contra las amenazas que se ciernen sobre los ecosistemas del país; debemos luchar contra el tráfico ilegal de la flora y la fauna, y contribuir con las instancias pertinentes para un mejor control de estas actividades ilícitas, antes de que sea demasiado tarde y nuestras próximas generaciones no puedan disfrutar de la belleza y los servicios ecológicos que proporcionan las diferentes especies de plantas y animales.