Formación técnica
En el país hay carreras técnicas que son más necesarias que algunas licenciaturas.
Según un análisis de la población económicamente activa en Bolivia, casi siete de cada 10 personas ocupadas, de entre 24 y 65 años, no tienen formación específica para el trabajo que desempeñan y con suerte han concluido sus estudios de secundaria. Ante este panorama, una solución es mejorar la formación superior técnica, que buena falta le hace al país.
La idea es impulsada por cuatro instituciones: Programa de Coordinación en Salud Integral (Procosi), Centro de Multiservicios Educativos (Cemse), Oxfam y la Cooperación Suiza para el Desarrollo, que crearon el proyecto “Fortalecimiento de centros de formación técnica en áreas urbanas”, y que está siendo implementado en La Paz, Cochabamba, Chuquisaca, Potosí, Oruro y Tarija; las dos primeras se encargan de la implementación y las dos últimas, del financiamiento. La iniciativa, iniciada en 2015, concluirá en octubre de 2017 y tiene tres objetivos: adecuar la infraestructura y mejorar el equipamiento de 47 carreras técnicas de 20 institutos seleccionados (14 públicos, 4 privados y 2 de convenio), promover alianzas para asegurar fuentes de trabajo para los egresados, y reforzar los procesos de gestión administrativa y pedagógica de los institutos. El efecto de contar con estudiantes mejor formados y con mejores opciones de empleo o de formar emprendimientos propios se traducirá en la disminución de la pobreza y la inequidad.
El primer paso consistió en entregar un total de Bs 15 millones a los institutos de formación técnica seleccionados para el programa (Bs 750.000 para cada uno), para la adquisición de equipamiento y mejora de la infraestructura, así como para la capacitación de los docentes e implementación de sistemas de monitoreo y evaluación de los resultados. Una siguiente fase incluye capacitar a directores, docentes y administrativos en temas de inserción laboral, género, empleabilidad y emprendimiento. Paralelamente, Oxfam organiza mesas multiactorales, en las que participan empresarios, institutos y estudiantes con el fin de lograr alianzas estratégicas que garanticen empleo para los egresados.
Las metas del proyecto incluyen un 11,3% de incremento en la actividad laboral de los egresados, que al menos el 75% de los estudiantes accedan a empleos con ingresos mensuales superiores al salario mínimo, que el 90% de los empleos sean mejores que en la actualidad, que al menos 18 de los institutos participantes apliquen planes de mejora continua, y que todas las carreras beneficiadas respondan a las necesidades del mercado laboral.
Se trata, pues, de una iniciativa de mediano plazo que podrá, además de cumplir con los objetivos y metas antes descritos, estimular el interés de las y los jóvenes por seguir carreras técnicas, que pueden tener gran demanda en el país y son a menudo más necesarias que algunas licenciaturas universitarias cuyo mercado laboral está saturado.