Jugadores
Los Juegos Olímpicos son una sumatoria de ilusiones frustradas para Bolivia
Cada Juego Olímpico está lleno de penas y nada de gloria para Bolivia. Río de Janeiro no es la excepción. Ok. Caigamos en el facilismo de echarle la culpa al otro. Sí. Cierto es que el Estado se dedica a hacer canchas de fútbol y campeonatos plurinacionales que hasta ahora no han dado resultados. No hay Centros de Alto Rendimiento y la ayuda estatal es insignificante. Y, no, no es posible comparar a los deportistas internacionales con los bolivianos.
Pero qué hay de los deportistas. ¿Cumplen al menos con su intención de repetir sus marcas, que es uno de los objetivos que se trazan?… No, no y no.
Vamos por partes. El ciclista Óscar Soliz (un potosino campeón en Colombia y de gran prestigio en la élite sudamericana sobre dos ruedas) llegó tan atrás en su prueba que fue retirado por los jueces. Adujo que no logró un mejor resultado por el calor.
La tiradora Carina García acabó en el puesto 44 (de 51 competidores), debajo de su marca. Explicó que empezó la prueba “un poco nerviosa”.
El judoca Martín Michel se enfrentó a Asley González y estuvo tres minutos en el tatami (estera que es el ring del judo). Un resultado casi predecible, tomando en cuenta que el rival es un campeón mundial en este deporte.
La cuarta esperanza boliviana, Rudolf Knijnenburg, acabó en el puesto 41 de 41 participantes. Según reportes periodísticos, estuvo muy por debajo de su marca personal.
El nadador José Quintanilla
—quien emocionó al país con su llanto en la inauguración— no llegó a su récord y quedó 46 entre 81 competidores. Es cierto, nunca antes un boliviano había obtenido ese lugar en su prueba; aunque si Quintanilla alcanzaba su marca se hubiera ubicado más arriba.
La nadadora Karen Tórrez ilusionó cuando ganó su serie de ocho atletas, pero no clasificó a semifinales y acabó en el puesto 46 entre 94.
El último competidor, hasta el viernes, fue Marco Antonio Rodríguez. Ocupó el puesto 45 entre 74 atletas y estuvo a más de un minuto de su marca (bastante tiempo en la modalidad de marcha).
En el otro extremo está Novak Djokovic (tenista número 1 del mundo) que llora por perder un partido. La selección de Argentina (múltiple campeona de fútbol) que sufre con la eliminación.
Hay más. La judoca Rafaela Silva creció en la pobreza de la favela Ciudad de Dios y se llevó la medalla de oro. El militar kuwaití Fehaid Al-Deehani obtuvo la presea dorada sin poder representar a ningún país porque Kuwait está vetado en estos Juegos.
Los nuestros van y vuelven. Sí, hay que pedir ayuda al Estado, pero a los deportistas también hay que exigirles que al menos estén a la altura de nuestros sueños.
Es periodista de La Razón.