Una Bolivia diferente
En los últimos años se han registrado cambios sustanciales en la vida cotidiana de los bolivianos.
En la última década el país ha vivido profundas transformaciones no solo en términos de crecimiento económico, sino también en mejores condiciones de vida para la población boliviana. Bastan algunos ejemplos para destacar los sustanciales cambios en la vida cotidiana de los bolivianos.
Hoy muchas amas de casa ya no tienen que hacer inmensas filas para comprar una garrafa de gas, porque la recuperación de YPFB ha permitido invertir en la implantación de redes de gas domiciliario; la deserción escolar ha disminuido bastante, pues muchos niños ya no necesitan abandonar su escuela gracias al bono Juancito Pinto, que proviene de los recursos de las empresas públicas; el uso de velas y mecheros ha disminuido en las áreas rurales, porque la cobertura de electricidad se ha ampliado notablemente, además que los hogares de bajos ingresos son beneficiados con la tarifa dignidad; muchas familias pueden permitirse consumir en restaurantes y realizar compras en supermercados, porque se promovió mejores salarios en el sector público y privado a partir de los incrementos del salario mínimo nacional; los abuelos mayores de 60 años, muchos de los cuales lamentablemente no cuentan con una jubilación, ahora son beneficiarios, sin exclusión alguna, de la Renta Dignidad, que es un ingreso mínimo estable para cubrir sus necesidades básicas.
Y hay más todavía, las horas de viaje por tierra son cada vez menores, debido a la fuerte inversión pública en carreteras que ha logrado integrar el país en su plenitud; muchos de los productores cuentan con créditos bancarios, porque se ha mejorado el acceso y las condiciones de financiamiento; muchas familias ya cuentan con casa propia, porque se ha promovido el crédito de vivienda social, y se han construido millares de viviendas en el área rural para reducir el déficit habitacional; olvidadas poblaciones rurales hoy pueden acceder a servicios bancarios, gracias al impulso de la inclusión financiera. Y ni qué decir del teleférico, que es el primer gran paso hacia la modernidad del transporte masivo en Bolivia.
Pese a la nueva realidad descrita, muchos autores se permiten cuestionar el actual modelo económico sin palpar lo que verdaderamente acontece en la economía del país. Lo cierto es que forjar la Bolivia de hoy no hubiera sido posible sin el activo rol del Estado en la economía, puesto que muchos de los avances son producto de las políticas del nuevo modelo económico.