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Corregir y profundizar

Cuando se comete errores, es importante y necesario enmendarlos, no se puede seguir como si nada hubiese pasado. Los últimos decretos promulgados por el Gobierno nos hablan de este camino, que nos da una buena señal de autocrítica; aunque nos hubiera hecho bien escuchar primero la autocrítica y después las rectificaciones. Creo que sería conveniente exponer los motivos políticos de los  últimos decretos, y se debería hacerlo en los ampliados de los movimientos y organizaciones sociales.

Ya en otras oportunidades dijimos que era urgente enganchar la gestión y administración de gobierno, los logros y propuestas, con los objetivos históricos planteados por el pueblo en octubre de 2003 para refundar el país, con el propósito último de derrotar el sistema de opresiones que nos estaba llevando a la muerte, muerte de las personas y también de la naturaleza.

Los objetivos históricos del pueblo y su estado de acción revolucionaria no son los mismos que las tareas políticas de la mediocre e incapaz burguesía nacional. No se trata, por tanto, de industrializar el país por industrializar, se trata de luchar contra la propiedad privada, que es la que acumula la riqueza, generando pobreza y muerte; luchar contra el individualismo, que da por resultado el cinismo de explotar y manipular a sus semejantes.

Otra de las tareas históricas es la de acabar con la violencia hacia las mujeres, para sentar las bases de una lucha para acabar con la violencia como metodología de solución de problemas. Si en la cotidianidad estamos controlando los cuerpos con  violencia, automáticamente vamos a trasladar ese molde a todas nuestras relaciones interpersonales y de organización.

Es de celebrar un camino de reversión de las concesiones a los empresarios mineros mal llamados cooperativistas, pero eso no es suficiente, ¿qué pasa con San Cristóbal y San Bartolomé? Ahí están afincadas las uñas de las transnacionales. No basta, pues, recuperar los territorios de los medianos y pequeños empresarios mineros, es urgente también recuperar los territorios mineros de manos del capitalismo transnacional.

Quiero acabar con una última reflexión a propósito de las cínicas declaraciones de la oposición, que hoy está reclamando por las vidas de los hermanos mineros muertos. Sinvergüenzas y cínicos, cuando fueron ellos y ellas quienes azuzaron, coordinaron e impulsaron estas movilizaciones, en un plan de desestabilización contra el Gobierno para acabar con el proceso de cambio del pueblo.

Es importante estar atentas y atentos, y estar movilizadas, pues esto es un camino largo de luchas, y a pesar de tanta violencia contra este proceso, estamos aún más firmes con nuestras esperanzas.