Voces

Sunday 3 Dec 2023 | Actualizado a 17:42 PM

Descertificación

Es cuestionable el doble estándar de EEUU para evaluar la lucha contra la droga en el mundo.

/ 15 de septiembre de 2016 / 04:19

Nuevamente, como en los últimos ocho años, el Gobierno de Estados Unidos (EEUU) reprobó a Bolivia, junto con otros países, en su calificación respecto a la lucha contra las drogas. A su vez, el Gobierno boliviano deploró de nueva cuenta el carácter eminentemente político de la discutible calificación estadounidense y la contrastó con el informe de Naciones Unidas.

En efecto, días atrás la agencia de noticias EFE informó que Washington mantuvo a Bolivia, Venezuela y Birmania como los países que incumplieron sus compromisos en materia de lucha contra la producción y el tráfico de drogas en los últimos 12 meses. De acuerdo con la información publicada, el informe preparado por el Departamento de Estado de EEUU agrupa a Bolivia entre los países que son “grandes” productores o de tránsito de drogas. Asimismo, se señala que el país es una de las zonas en la ruta de salida de la cocaína hacia países europeos.
Como en los últimos años se ha insistido, las cifras que arroja el informe estadounidense contradicen a las que publica también periódicamente la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (ONUDC), donde se reconoce la reducción de cultivos de coca —calculados este año en poco más de 20.000 hectáreas— y los consistentes esfuerzos estatales para combatir la producción y el tráfico de drogas, así como sus delitos conexos.

Además del Presidente del Estado, quien subrayó la naturaleza capitalista y colonialista del mencionado informe, el Ministro de Gobierno hizo hincapié en las evidentes contradicciones del documento con el que EEUU califica los esfuerzos de los países del orbe para ponerle freno a una lacra que existe en gran medida debido a la creciente demanda de estupefacientes que proviene de los países más desarrollados.

El ministro destacó, por ejemplo, que mientras Bolivia, reconocido como el país productor con menos superficie de cultivos de coca, resulta descertificado, Colombia, el mayor productor de hoja en el mundo y el principal proveedor de la cocaína que llega a EEUU, no. Asimismo señaló, entre otros ejemplos, que es contradictorio que el informe reconozca el incremento en el número de operativos antidroga e incautaciones, muestra de los esfuerzos que se hacen, pero descertifique al país.

En la misma línea, el diario estadounidense The New York Times publicó en su página editorial de ayer un comentario en el que reconoce que el modelo boliviano, que prescinde de los métodos que la DEA sigue usando, sin mayores éxitos, en Colombia, es “más prometedor”, y ha “mostrado resultados significativos”, además de reconocer que hay otros avances importantes en materia de control del cultivo de la coca. Hay, pues, mucho qué cuestionarle al Departamento de Estado de EEUU por su doble estándar para evaluar la lucha contra la droga en el mundo.

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El punto de quiebre de Evo

/ 3 de diciembre de 2023 / 00:28

Evo tuvo su punto de quiebre y fue en 2016, cuando decidió no reconocer los resultados del referéndum. Hasta ese momento el MAS había implantado un modelo democrático plebiscitario y plebeyo, esto quiere decir que las decisiones las tomaba arropado por el pueblo. Posteriormente, Evo, el caudillo, decidió desoír la voluntad de las masas y recurrió a una institución del Estado (el Tribunal Constitucional) en contra del voto del pueblo, como plantea Fernando Molina (2023): «el MAS recurrió al poder de las instituciones en contra de las expresiones de las masas». A partir de esta decisión, Evo cambiaría bruscamente el curso de su historia.

En ese momento, ese MAS deja de ser un partido de los movimientos sociales para constituirse en un partido de izquierda tradicional de cuadros y lo mismo podríamos decir de su último gobierno: dejó de ser un gobierno de los movimientos sociales para constituirse en un gobierno administrado por la burocracia partidaria masista, con la participación de algunos dirigentes de los movimientos sociales. Esta situación puede ser corroborada por el abandono que sufrió el MAS en las elecciones judiciales y con mayor gravedad aún, en la orfandad en que quedó el gobierno en las movilizaciones de octubre y noviembre de 2019. El movimiento popular, expresado en la CSUTCB, Bartolinas y la Confederación de Interculturales vio de palco, sin participar y menos intentar algún tipo de defensa en las calles, la caída de Evo del poder. Los movimientos sociales se alejaron de Evo y de la burocracia masista de ese entonces.

Nunca antes, hasta ese momento, Evo había tenido la necesidad de recurrir a una chicana jurídica en contra de las manifestaciones populares. Entender ese momento histórico y esa actitud política de Morales es de vital importancia para comprender los sucesos políticos posteriores.

Por eso que es incorrecto pensar que las manifestaciones populares al grito de «ahora sí, guerra civil» se constituyeron en una defensa de Evo, tras la huida de éste. En las movilizaciones en la ciudad de El Alto no se vieron ni banderas del MAS, ni pancartas reclamando por la permanencia de Evo en la presidencia. Esas manifestaciones, abanderadas de la wiphala, se conformaron en defensa precisamente de la wiphala, después de los ultrajes que diferentes miembros de la Policía realizaron en el transcurso de su amotinamiento.

Para el mundo indígena, la wiphala es un símbolo de su lucha y de la conquista de sus derechos. Un agravio a la wiphala era un agravio a lo indígena y, por ende, un intento de proscripción del Estado plurinacional, un retroceder a los tiempos del neoliberalismo donde los indios eran considerados ciudadanos de segunda y excluidos del manejo del Estado (esa suposición luego sería confirmada por el gobierno de Añez y su intención reiterada de negar el Estado plurinacional). No es necesario indicar que este extremo iba a ser impedido, aún con la entrega de sangre y sacrificio de muchas vidas. Las masacres de Sacaba y Senkata se constituyen en un trágico testimonio.

Otro dato más que corrobora la soledad que iba a vivir Evo es la noche del 20 de octubre de 2019, tras conocerse el resultado preliminar de las elecciones, la plaza Murillo que había sido preparada para recibir a oleadas de militantes y simpatizantes del MAS, quedó desierta. Leídos los resultados, no hubo fiesta, los pocos que llegaron apenas pudieron hacer un corro de gente alrededor de Evo, que se dirigía a los medios de comunicación en el recibidor del Palacio Quemado.

En la actualidad, Evo sigue su camino sobre los mismos pasos, repitiendo los mismos errores de 2016 en adelante: refugiarse en instrumentos jurídicos y alejándose de los intereses del movimiento popular. Intenta manipular, junto con la dirigencia adicta a él, para forzar la realización del congreso de Lauca Ñ, haciéndose nombrar candidato único a la presidencia por el MAS y así evitar las elecciones primarias y terciar con otro candidato masista.

Es imposible reconocer que Evo fue, en su momento, el gran aglutinador y organizador del movimiento popular, pero Evo Morales no era el pueblo mismo como Alvaro García sostenía (eso lo decía solamente para granjearse una mayor cercanía a Evo) y no es (en realidad, no lo es nadie) el líder insustituible e imprescindible..

Peter Maldonado Bakovic es profesor universitario.

 

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La dinámica de la deuda

Marco Gavincha

/ 3 de diciembre de 2023 / 00:25

Recientemente, analistas sostuvieron que la deuda pública creció 463,38%, lo cual es erróneo. Medir la deuda es como medir el peso de las personas. Así como no se puede determinar su obesidad o desnutrición a través del simple dato del peso, tampoco se puede medir el grado de endeudamiento mediante la cantidad adeudada. Ambas formas de medir son deficientes y pueden resultar en diagnósticos errados.

Así como el sobrepeso se mide a través del índice de masa corporal, el cual toma en cuenta el aumento de la altura de las personas, el crecimiento de la deuda se mide a través del crecimiento del cociente deuda-PIB (Producto Interno Bruto), el cual toma en cuenta la capacidad de un país de cumplir en forma continua sus deudas.

El sentido de medir la deuda respecto a la riqueza generada es simple. Así como el cuerpo humano crece y desarrolla musculatura, los países también crecen y ganan musculatura. En el caso de las naciones, la musculatura se mide a través de la riqueza generada, medida por el PIB nominal.

Según datos oficiales, el ratio deuda externa respecto al PIB disminuyó de 31,2% a 30% del PIB, lo cual representa un decremento porcentual de 4% entre 2021 y 2022. Cifra que está lejos de esas tasas de crecimiento de tres números mencionados por los analistas. Esta forma de medir el crecimiento no es nueva, si uno revisa un poco de literatura sobre deuda pública.

En cuanto al ratio deuda interna respecto al PIB, esta variable aumentó de 14,3% del PIB a 15,9% del PIB, lo cual implica un aumento porcentual de 11,18%, el cual es mucho menor a la cifra alarmante de 463,38%.

Ahora bien, también existen otras formas de tomarle el pulso a la deuda. Cuando una deuda crece fuertemente sin el acompañamiento del crecimiento económico, el síntoma inmediato sería la inflación. Sin embargo, ello no está sucediendo en el país. Los recientes niveles de inflación han sido bajos en relación a otros países que sí aumentaron fuertemente su deuda.

Pero más allá de los niveles de deuda y su crecimiento, se debiera prestar más atención a las características de los planes de pagos de los intereses y el capital de la deuda. Un país puede aumentar su deuda a pesar que su deuda sea alta, siempre y cuando el plan de pagos sea favorable, con bajas tasas de interés y pagos de capital acomodados en periodos de altos ingresos del deudor.

Los enfoques modernos de sostenibilidad de la deuda toman en cuenta esta otra variable, calificándola como clave. Al respecto, Bolivia, hasta ahora, ha cumplido con todo el servicio de su deuda pública interna y externa, lo cual es poco mencionado por los analistas.

En conclusión, la deuda no es tan alta como la quieren hacer ver. Así como los incrementos de peso no necesariamente significan sobrepeso, los aumentos de deuda no significan sobreendeudamiento. Además del crecimiento del saldo de deuda, lo que también importa son las características del servicio de la deuda.

Marco Gavincha Lima es economísta.

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La danza cura el tedio

/ 3 de diciembre de 2023 / 00:24

El deporte plurinacional de los bolivianos es la danza. Si preguntamos a los habitantes de todo el territorio, un importante porcentaje reconocerá que participó alguna vez en alguna danza, tal vez en su época de la escuela o el jardín de niños (a la fuerza), en el colegio (bailar como robot y no danzar, estimulado por el pito del profesor de Educación Física)) o, luego de ese periplo, danzar como un ritual para un santo o una virgen en las entradas folklóricas que llenan el calendario con más fiestas que días tiene el año. Muchos, ya de adultos, lo hacen por mostrarse en su fraternidad (han acumulado bienes y capital), también es una manera de expandir sus redes sociales y personales para concertar negocios, matrimonios, compra y venta de bienes; vale decir que es una especie de bolsa de valores abierta por la danza y bendecida por los santos, tatas, vírgenes a los que hacen bajar del cielo a compartir con sus cofrades. El tiempo de la fiesta, como el arte, es un espacio de vivencia existencial, es el tiempo congelado, te olvidas de todos los problemas prosaicos de la vida: la danza te comunica contigo mismo y establece un vínculo con tu comunidad espiritual, a diferencia del baile que es un acto lúdico simple para divertirse.

Un conocimiento básico para ser legislador —pensamos a la hora de votar por ellos— es que deberían conocer la intimidad de su pueblo, de entenderlo, servirlo y amarlo. Eso pretenden los educadores, cuando en cada acto de clausura se emocionan y les brota un nacionalismo barato cuando enuncian su “amor a la patria” al ver las danzas de las diferentes regiones, de pronto su espíritu edil se evapora y brota el sentimiento de Estado.

Los legisladores, en su mayoría, hombres y mujeres, demostraron su bajo nivel instructivo en conocimientos de la geografía de sus regiones, sus potenciales productivos, niveles de pobreza, índice de analfabetismo y el promedio de vida. Los que tuvimos la esperanza de contar con legisladores que promuevan soluciones de desarrollo integral para sus regiones, fuimos estafados: gritan, insultan, agreden físicamente a sus oponentes y dan un espectáculo deplorable y deprimente. El circo romano en que han convertido la Asamblea aburre e irrita. Siempre se alude al lenguaje de las kh’ateras de los mercados para significar que son groserías y carecen de educación moral, sin embargo, las vendedoras tienen creatividad a la hora de enfrentarse; no podemos decir lo mismo de los legisladores, pues siempre acuden a su rancio repertorio desatado por sus obsesiones maníacas. Seguro que la mayoría no está enterada —reacios como son a la lectura— que conocer la intimidad histórica de un pueblo también se aprende a través de sus danzas.

Los colegios privados y estatales organizan festivales de danzas folklóricas, organizadas por los profesores de Educación Física que privilegian las capacidades cinéticas y psicomotrices, como parte de sus competencias pedagógicas para las que fueron formados, dejando de lado el origen de cada danza, su calendario agrario, la simbología de los pasos y la vestimenta, la etapa de su aparición histórica, su probable evolución y desarrollo estético, hasta convertirse en el cuerpo más extendido de las culturas bolivianas con expresiones colectivas en todo el territorio. Los políticos aprovechan estos escenarios, los usan como vitrina para mostrarse y potabilizarse ante las clases populares y medias que aman estas muestras de fe sincrética y cohesión social que los partidos políticos son incapaces de lograr.

Calculan que en la sede de gobierno existen más de 300 instituciones privadas de danza, sin contar las estatales y municipales. Estos grupos que forman danzarines sostienen un aparato pedagógico valioso que no es aprovechado, como parte de la formación del habitante con una visión de Estado plurinacional.

Recientemente fuimos a ver una puesta del grupo Bafopaz (Ballet Folklórico de La Paz), que, a través de las danzas ajustadas por un guión histórico, permitió apreciar el poderoso acervo cultural que atesoramos y no lo aprovechamos apropiadamente para formar a las nuevas generaciones, que requieren referentes que cohesionen todas las regiones de este proyecto de Estado republicano que agoniza. Nos curó del tedio que nos provocan los protervos políticos.

Édgar Arandia Quiroga es artista y antropólogo. 

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El proyecto presupuestario y otros problemas

/ 3 de diciembre de 2023 / 00:22

A lo largo del año han aumentado considerablemente las discrepancias entre la estabilidad y el crecimiento de la economía pregonada por la propaganda gubernamental, por una parte, y las percepciones de la gente a partir de evidencias puntuales, pero de alta sensibilidad, como es el caso de la escasez de divisas y de carburantes, por otra.

Todo hacía pensar en consecuencia que las autoridades económicas aprovecharían la presentación del proyecto de Presupuesto General del Estado 2024 para adoptar algunos de los correctivos más urgentes.

Lejos de eso, las principales cifras que contempla el anteproyecto de PGE 2024 ponen en evidencia que no se busca cambiar las orientaciones básicas de la gestión económica. En efecto, el crecimiento general de la economía en 2024 se coloca en 3,7%; la inflación prevista es de 3,6%; la inversión pública se establece en $us 4.274 millones, y las subvenciones aumentarían en $us 3.000 millones respecto de 2023. La política cambiaria se mantiene inalterable.

El problema crítico consiste en un déficit fiscal de 7,8%, que no muestra variación respecto de la situación imperante a partir de 2014, con la diferencia de que ahora ya no será fácil financiar dicho déficit con recursos del Banco Central ni tampoco con financiamiento externo, en vista de que la deuda con los organismos multilaterales de financiamiento ya alcanza niveles sumamente elevados, y la colocación de bonos soberanos implicaría una tasa de interés altísima.

El análisis del nivel de la deuda externa y de la disponibilidad de las reservas internacionales netas se complica considerablemente en vista de la falta de información y transparencia respecto de las condiciones en las cuales se han contratado los créditos externos en los últimos años. Una aproximación muy útil proporciona un reciente informe de la Fundación Jubileo donde se muestra que el endeudamiento externo ha aumentado de $us 11.901 millones en 2020 a $us 13.300 millones en 2022, y que el 63% de ese monto se adeuda al BID, la CAF y el Banco Mundial. Entre los acreedores bilaterales, la China figura con un 11%.

Por otra parte, el balance comercial se ha tornado deficitario en vista de las importaciones de diésel y gasolina, que superan a las exportaciones de gas y petróleo. No parece que a corto plazo se vaya a revertir la posición de importador neto de hidrocarburos que ostenta el país, con todos los inconvenientes que esta situación trae consigo.

Por todo lo anterior, es probable que las deliberaciones de la Asamblea Legislativa sean con alta probabilidad más complicadas que lo ocurrido recientemente respecto del PGE 2023 reformulado.

En la perspectiva de 2024 es preciso mencionar una cuestión que también tendrá que ser encarada por el Gobierno. Se trata de la incorporación de Bolivia como miembro pleno al Mercosur, después de ocho años de negociación interrumpida, y que ahora se concreta en circunstancias diferentes del entorno sudamericano y del propio Mercosur, a la espera de la decisión de Argentina bajo la presidencia de Milei.

En cualquier caso, Bolivia tiene necesariamente que adecuar sus políticas y normas internas a las reglas del Mercosur en todos sus aspectos, muchas de las cuales serán de difícil cumplimiento, debido a incompatibilidades derivadas de su participación simultánea en la Comunidad Andina, el Mercosur y la ALBA.

Nótese, además, que nuestra balanza comercial es por de pronto superavitaria con la Comunidad Andina y deficitaria con el Mercosur, sin contar el contrabando de carburantes que se ha instalado en gran escala hacia el Perú ni el contrabando igualmente relevante desde Argentina de todo tipo de productos de consumo.

La gestión de los problemas esbozados requiere ciertamente una visión estratégica integrada y una serie de acuerdos con empresarios y regiones.

Horst Grebe es economista.

 

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De tigres, luto y celebración

/ 3 de diciembre de 2023 / 00:20

“Si no lo sientes, no lo entiendes”. Eso decimos los stronguistas cuando se luce nuestra euforia negra y amarilla en el estadio antes, durante y después de un partido. Quienes vimos partir de esta tierra a papá o a mamá decimos a las y los hijos que conservan todavía los dos troncos de su existencia que agradezcan poder reír juntos o sencillamente tomar un teléfono y escuchar su voz. “Si no lo sientes, no lo entiendes”. Me ha tocado despedir físicamente a mi papá hace cinco meses y aunque llevo en el corazón la tranquilidad de saber que se fue casi sin darse cuenta y al mismo tiempo la enorme satisfacción de que vivió envuelto en su propia alegría y su gran libertad, hay uno que otro reproche. El más recurrente es que le faltaron exactamente cinco meses (ni un día más) para ver al Tigre campeón este 6 de diciembre. Habría roto el encierro y lo habría llevado a la cancha. ¡Esperamos siete años para volver a levantar esa copa!

La alegría de comernos este campeonato, comprendan, no tiene que ver solo con fútbol. De hecho, no escribe estas líneas la voz de la experiencia ni la voz del saber. Escribe estas líneas una hija que nació stronguista por decreto. Se trata de una identidad, de una pasión que baja desde los abuelos. Y contra eso no se lucha. Se asume. Se cumple. Se vive hasta la muerte. Además de tener un tigre sellado en el certificado de nacimiento, está una historia que explica las rayas de nuestra camiseta. Un origen mágico bien bordado por mujeres que dio identidad al mundo gualdinegro; un capítulo imborrable cuando transformamos Cañada Esperanza en Cañada Strongest dejando un campeonato prácticamente ganado para combatir, jugadores, dirigentes, hinchas, en la Guerra del Chaco; más tarde, la tragedia aérea de Viloco que se llevó a casi todo el plantel, sentenciando desde la muerte y sobre el suave pelaje del tigre que nuestro destino es caer, pero sobre todo levantarnos. Sufrir, pero sobre todo alegrarnos con euforia. Este espíritu stronguista está escrito en libros de historia, en libros de fútbol, en crónicas periodísticas, en relatos literarios, registrado en películas, grabado en poemas, sellado en canciones, inmortalizado en dibujos infantiles, tatuado en mi corazón.

La alegría de comerme este campeonato, comprendan, va mucho más allá del fútbol. Para la hija de Néstor Benavente, ver estallar de negro y amarillo la Curva Sur es el reflejo de una niña que llega al Complejo de Achumani en el auto de su papá y camina de su mano sobre el cemento pintado con las rayas del campeón mientras escucha mil veces por qué los tigres hemos nacido para luchar.

La alegría de comerme este campeonato, comprendan, es descubrir por qué, cuando entré por primera vez al departamento de mi papá después de su ligera partida, lo primero que jaló mi cuerpo fue la mirada de ese enorme tigre de peluche acomodado en una altura.

La alegría de comerme este campeonato, comprendan, es recordar con nitidez lo que el hincha Benavente me dijo en su último año en este mundo: puedo estar un tiempo en un cementerio, pero después quiero que lleven mis cenizas al arco del Strongest. Desde julio que pienso que Viscarra sí puede solo pero que mi papá reforzará por siempre nuestro arco, chicos.

La alegría de comerme este campeonato, éste como ningún otro, comprendan, es volver al poema The Strongest de Julio de la Vega:

“Era una multitud sin alegría y el alumbre del Sol en vano era; cuando la noche oscura con el día se dieron a volar con su bandera Se dieron a volar porque nacía, una coral de tarde dominguera, sentada multitud de idolatría al puntapié inicial sobre la esfera; Y el tigre estaba ahí, desde ese entonces, los fantasmas del tedio exorcisando en una voluntad que fueron once y fueron mil y miles más y son ahora desde Zelada hasta Alarcón volando una sola emoción que enluta y dora…”

La alegría de comerme este campeonato 2023, comprendan, es finalmente lograr entender que mi papá no morirá mientras yo viva, mientras yo sufra y me alegre, mientras yo caiga y me vuelva a levantar, como dictan las rayas del gran felino que nos une, stronguistas, en una incomprensible emoción que enluta y dora. Enluta y dora. Hoy, como nunca, mi pecho es negro y dorado. Negro y dorado. Somos campeones, carajo.

Claudia Benavente es doctora en ciencias sociales y stronguista. 

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