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Hacia la sostenibilidad verde

Aún existe mucho por hacer, el futuro de la humanidad depende de alcanzar un desarrollo sostenible.

/ 25 de septiembre de 2016 / 11:55

En los años de mi infancia, entre las décadas de los 70 y 80, recuerdo con gran emoción los viajes que hacía a la casa de mis abuelos en Miramar de Puntarenas, en Costa Rica. Allí pasaba gran parte de mis vacaciones escolares y disfrutaba del campo con mis primos y hermanas. Las mañanas iniciaban con el ordeño de las vacas, y después del suculento desayuno, nos dedicábamos a lo nuestro, jugar a exploradores y vaqueros, recorriendo los potreros y subiéndonos a cuanto árbol se nos pusiera enfrente, sin otro cuidado que no fuera pisar una serpiente o apoyarnos en una rama seca.

Fueron épocas inolvidables. Lamentablemente tengo otro recuerdo que también se quedó grabado en mi mente. El viaje generalmente lo hacía en autobús y demoraba unas dos horas y media entre la ciudad capital y nuestro destino final. Siempre me sentí intrigado e indignado al leer un mensaje que aparecía rotulado dentro del autobús, el cual decía algo así como “Demuestre su cultura y arroje la basura por la ventana”. Yo no podía creer la desfachatez con la que nos proponían mantener en orden y en estado de limpieza la movilidad que nos transportaba.

Este recuerdo, mi estimado lector, refleja la falta de conciencia medioambiental que existía en Costa Rica por aquellos años.  En la década de los 80, la cobertura forestal del país cubría tan solo entre un 21% y un 25% del territorio nacional, debido a la deforestación que se daba sin control alguno. Y tampoco existían políticas claras y decididas que se enfocaran a la protección ambiental. Los finqueros hacían y deshacían lo que les venía en gana con sus propiedades, sin considerar las consecuencias futuras de sus acciones. La protección medioambiental no era un tema en aquellos días.

Sin embargo, esta situación ha cambiado sustancialmente en las últimas décadas y Costa Rica ha logrado, mediante la aplicación de políticas gubernamentales y proteccionistas, con el apoyo del sector privado y la utilización de fuentes sostenibles de abastecimiento de madera, una cobertura forestal del 53% del territorio nacional. En pocos años hemos logrado crear conciencia medioambiental en nuestra población, sea cual sea el estrato socioeconómico.

Costa Rica ha logrado mediante la utilización de mecanismos y procedimientos más eficientes desarrollar un modelo o esquema de convivencia entre la producción alimentaria y la conservación de su masa forestal. Esto ha permitido un importante auge de las energías limpias o renovables, a tal punto que en este año llevamos cerca de 160 días continuos de generación eléctrica producida 100% por fuentes renovables y esperamos cerrar el año con solo un 2% de uso o producción de electricidad proveniente de energía térmica o fósil.

A pesar de que aún nos queda mucho camino que recorrer y metas y logros por alcanzar, recientemente el Happy Planet Index, un informe elaborado por la organización británica New Economics Foundation, concluyó que Costa Rica es el país más sostenible del planeta, gracias a la longevidad y felicidad de su población a un bajo costo para el medioambiente.

Aún existe mucho por hacer, la protección medioambiental es una labor continua y constante, el futuro de la raza humana depende de alcanzar un desarrollo sostenible. La mera existencia del hombre en el planeta conlleva un efecto negativo en el medio ambiente, formamos parte de la naturaleza, así que existamos, pero procurando el menor impacto posible por el bien de nuestras futuras generaciones. La Madre Tierra nos provee el sustento, así que es nuestra obligación cuidarla y fortalecerla.

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Nuevo enfoque en cooperación internacional

La cooperación internacional debe ser un complemento al esfuerzo de cada país en pro del desarrollo.

/ 25 de enero de 2017 / 05:02

La cooperación internacional debe verse desde dos perspectivas diferentes, la del país que recibe ayuda a través de la asistencia oficial al desarrollo, y la del país que ofrece y participa de esos fondos de cooperación.

Costa Rica ha logrado desarrollar grandes experiencias y conocimientos en diversas áreas del desarrollo, entre las que destacan la biodiversidad, ecoturismo, salud, educación, paz y administración de la justicia, entre otros, lo cual lo ha convertido en un referente en la región y en el mundo.
En gran medida, ese desarrollo se ha conseguido gracias al apoyo de la cooperación internacional, así como a los esfuerzos nacionales y la eficiente utilización de los mismos. Bajo esta perspectiva, Costa Rica asume la responsabilidad de retribuir de alguna manera la colaboración recibida hacia otros países que así lo requieran, mediante la transferencia de conocimientos y experiencias exitosas.

Sin embargo, a pesar de que Costa Rica está clasificada como un país de renta media con un alto índice de desarrollo humano, sigue teniendo enormes retos y obstáculos para alcanzar un verdadero desarrollo sostenible.

Recientemente, con el apoyo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), se concluyó el estudio “El enfoque de las brechas estructurales: el caso de Costa Rica”, donde se determinó la existencia de seis brechas significativas que enfrenta el país y que le han impedido aún alcanzar un de-sarrollo completo. Estas brechas son la pobreza y desigualdad, educación, género, productividad e innovación, infraestructura y fiscalidad; y constituyen dificultades y retos que son asumidos con determinación y valentía. Pero para un país clasificado de renta media es un gran desafío hacerles frente sin poder optar con flujos de asistencia oficial para el desarrollo.

La utilización del indicador del ingreso per cápita puede ser engañoso, ya que parte del supuesto de que es un fiel reflejo del nivel de desarrollo económico y social de un país, y esto no es así. Puede haber países que comparten niveles de ingresos similares, pero reflejan realidades de desarrollo muy distintas. Además, la evidencia muestra que el acceso a los recursos externos puede depender de una amplia gama de factores más allá de los criterios de ingreso per cápita.

Costa Rica aboga y pregona por una cooperación internacional en la que los fondos al desarrollo no se constituyan en la panacea de los problemas, sino que sean un complemento, como apoyo accesorio al esfuerzo responsable de cada país en desarrollo.

Las capacidades institucionales de Costa Rica permitirán mantener una doble funcionalidad, como oferente y como receptor de la cooperación al desarrollo. Consideramos que en el marco de la Agenda 2030 de la ONU, cabe la cooperación para los países de renta media bajo un doble enfoque, como un país que tiene rezagos estructurales de desa-rrollo que debe aún atender, y como un país solidario que cuenta con algunas capacidades y experiencias exitosas que puede y desea seguir transmitiendo a otros países de menor desarrollo relativo.

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El empoderamiento de la mujer

No podemos privarnos de las virtudes   y extraordinarias  capacidades que  tienen las mujeres

/ 30 de octubre de 2016 / 04:00

Es incuestionable que a lo largo de la historia la sociedad castiga con mayor severidad a la mujer que al hombre. Desde un inicio, la mujer ha recorrido un camino empinado y plagado de obstáculos y dificultades, lo que se refleja en el escaso reconocimiento que ha tenido en la historia, la literatura, el arte y en la ciencia. Esta falta de protagonismo obedece tanto a los obstáculos que la sociedad les impone para desarrollar sus propias capacidades como a la falta de reconocimiento para aquellas que sí han logrado éxitos y conquistas.

La discriminación que sufre la mujer tiene múltiples formas; no goza del mismo acceso al trabajo que los hombres, su sueldo o salario en iguales puestos sigue siendo menor al de los hombres; se le dificulta más el acceso a los servicios financieros y a la información digital… y todo ello sumado a la violencia doméstica, producto de la sociedad machista en la que muchos hemos sido educados.

En pleno siglo XXI, con la información y el conocimiento al alcance de nuestras manos estamos en la obligación, como sociedad, de evolucionar y hacerlo de una manera más ágil y rápida que las generaciones anteriores. Debemos promover el empoderamiento de la mujer no solo por un tema de género, que debemos reivindicar, sino porque es beneficioso para el desarrollo mismo de la sociedad. No podemos privarnos de las virtudes y extraordinarias capacidades que tienen las mujeres, es el momento de garantizar igualdad de condiciones.

Son muchos los países que están desperdiciando gran parte de su mano de obra productiva, y es por eso que la inclusión efectiva de las mujeres en el mercado laboral no solo debe verse como un derecho y una necesidad, sino también y sobre todo como una oportunidad económica para cada país. Mientras más mano de obra capacitada se tenga, mayor producción habrá, lo que se traducirá en mayores y mejores índices económicos.

Recientemente, el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís (quien co-preside el Panel de Alto Nivel para el empoderamiento económico de las mujeres junto a la directora ejecutiva de IKEA-Suiza, Simona Scarpaleggia), presentó ante las Naciones Unidas siete propuestas concretas que pretenden facilitar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Estas propuestas buscan desarrollar mayor igualdad de género y empoderamiento de las mujeres, la promoción y crecimiento económico sostenido e inclusivo, el empleo pleno y productivo y el trabajo decente para todos, así como la reducción de la desigualdad en y entre los países.

Para conseguir una mayor igualdad es imprescindible cambiar la cultura y la práctica de hacer negocios; y ello solo se podrá hacer con la participación activa de los diferentes actores: el Estado, elaborando e implementando normas y políticas públicas acordes a los objetivos y velando por el efectivo cumplimiento de las leyes; el sector empresarial, incorporando a la mujer como mano de obra productiva y capacitándola; y la sociedad civil, apoyando las distintas organizaciones de mujeres para hacer sentir sus voces y promoverlas.

El cambio es irremediable, así que o tomamos el camino empedrado, resistiéndonos a lo sensato e inevitable, o decidimos participar activamente del cambio cultural, asegurándonos una mayor prosperidad para todos y un mejor país para las futuras generaciones.

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