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Crisis en entredicho

No queda duda de que esta opinión reviste de la mayor credibilidad, toda vez que la CAF, además de ser una entidad bancaria que evalúa potenciales riesgos, es una organización que permanentemente monitorea la situación económica de cada nación del continente, con las que mantiene relaciones crediticias y de cooperación, y el país no es la excepción.

Según García, el respaldo financiero con el que cuenta el Banco Central de Bolivia, gracias a un elevado nivel de reservas internacionales netas (que bordean los 11.500 millones), es el argumento principal para aseverar que en la actual coyuntura de desaceleración económica regional Bolivia mantiene una posición de solvencia, traducida en un crecimiento sostenido del Producto Interno Bruto (PIB) para 2016.

La posición del presidente de la CAF coincide con la de varios otros funcionarios también de organismos multilaterales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y de índole académica e investigación como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que en sus diversos informes resaltan el desempeño económico boliviano como uno de los más dinámicos de América Latina, y que para 2016 será la economía que más ha crecido.

Sin embargo, es innegable que ciertos sectores económicos del país están enfrentando dificultades en su desempeño, como el agropecuario, que por el efecto de la sequía que se registra desde inicios de año en más de 150 municipios ha afectado a los productores por un monto estimado de 250 millones de dólares, dejándolos sin capital de operaciones para iniciar la campaña agrícola de 2017. En esta misma categoría se encuentra el sector de hidrocarburos, que está sometido a la depresión de los precios internacionales del petróleo desde hace dos años.

En todo caso, la manera más efectiva de compensar las presiones que generan algunos segmentos económicos pasa por diversificar la economía hacia aquellas actividades que demuestren flexibilidad y adaptabilidad frente a los ciclos económicos, de tal forma que se pueda generar excedente y empleos. Por ejemplo, la iniciativa pública de invertir en sectores como el eléctrico puede ser efectiva como alternativa a la casi monolítica dependencia del gas. Muchas otras acciones como ésta aún no han sido abordadas; por tanto, sería positivo para el país dejar de lado las posiciones agoreras que lo único que hacen es afectar la sensibilidad económica de la población.