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El mundo envejece

El 14 de diciembre de 1990, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 1 de octubre Día Internacional de las Personas de Edad. El envejecimiento de la población, entendido como una mayor proporción de personas mayores, es un fenómeno global resultante de la rápida disminución de las tasas de fecundidad, reducciones en la mortalidad y el aumento de la longevidad de las personas.

En 2015 había 900 millones de personas con 60 o más años en el planeta, y el 67% se encontraba en los países menos desarrollados. En 2002 se organizó la Segunda Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento, en la que se estableció una agenda internacional que orienta a los gobiernos y otros actores a cambiar la forma en la que se perciben a los ciudadanos de mayor edad, con el fin de lograr “una sociedad para todas las edades”.

El envejecimiento de la población está teniendo lugar casi en todo el mundo. Hemos transitado de una pirámide triangular de base ancha, con muchos niños, a otra en la que va tomando cuerpo la población en edad de trabajar, y esta situación implica que todas las poblaciones están envejeciendo en diferentes niveles y ritmos de intensidad. Pero llama particularmente la atención que la población mayor de 60 años está creciendo a un ritmo muy acelerado. Después de 2015, la población de mayor edad aumentará mucho más rápido que la de los niños o la de los adultos jóvenes. En consecuencia, Naciones Unidas prevé que en 2047 el número de adultos mayores superará el número de niños. Además resulta importante saber que gran parte del crecimiento de este sector tendrá lugar en las regiones menos desarrolladas.

La población de mayor edad será predominantemente femenina. Esto se debe a que la sobrevivencia de las mujeres es mayor que la de los hombres, de allí que su esperanza de vida sea también mayor. Otro elemento que hay que tomar en cuenta es que las personas de edad realizan importantes contribuciones financieras y no financieras a sus familias. En general, la cobertura de pensiones es tan baja que se mantienen activos laboralmente hasta edades muy avanzadas. De este modo se puede afirmar que contribuyen de manera significativa a la economía global.

En Bolivia, el último censo mostró que la población de 60 o más años en 2012 era de 878.012 personas, 53% mujeres y 47% varones. La Renta Dignidad, en el marco de los programas de transferencias monetarias, se constituye en el principal componente del sistema de protección social. Es una suma de dinero que los adultos mayores perciben de manera universal, e impacta sustancialmente en la mejora y bienestar de estas personas, particularmente de aquellas mayorías que están excluidas del mercado laboral formal y no gozan de ningún beneficio de las políticas de protección social.