Bolivia forestal
Es crucial transitar a una agenda compartida para alcanzar un desarrollo integral y sustentable.
Bolivia es un país eminentemente forestal, los datos oficiales indican que la cobertura de bosques en 2013 era de 51.654.945 hectáreas, es decir que aproximadamente el 47% del territorio nacional está cubierto por bosques. Los bosques gestionados apropiadamente pueden constituirse en un pilar importante de desarrollo sustentable. Sin embargo, hasta ahora el país no ha podido desarrollar ese potencial debido a las presiones socioeconómicas, políticas y hasta climáticas que han minimizado su rol e importancia en estos últimos años.
En los últimos años el Gobierno nacional ha emitido un paquete de normativas que buscan beneficiar de manera inmediata al sector forestal. Éste consta de cinco decretos supremos, tres resoluciones ministeriales y dos convenios a favor del gremio, que en total suman 10 medidas para el sector. El conjunto de medidas legales y operativas apunta a aumentar y restaurar la cobertura boscosa, erradicar la deforestación ilegal, incrementar la superficie de manejo integral y sustentable de bosques con enfoque comunitario, y principalmente incrementar el aporte del sector forestal a la economía nacional de tal manera que en 2030 represente al menos el 6% del PIB.
Este paquete de acciones y medidas responde de alguna manera a las demandas de los principales actores del sector, y se constituye en un paso importante para pasar a las acciones en congruencia con lo que está establecido en el Plan de Desarrollo Económico y Social 2016-2020, que señala que los bosques son un recurso estratégico del país y su aprovechamiento, en el marco de la gestión integral y sustentable, será promovido por el Estado Plurinacional en todos sus niveles.
No obstante, hacer realidad una Bolivia forestal requiere que pensemos en nuestros bosques y su relación con otros usos de la tierra de tal
manera que se apoye la producción de alimentos, la conservación de ecosistemas y sus funciones ambientales, la mejora de los medios de vida de la población local, y al mismo tiempo integrar la adaptación y mitigación del cambio climático, atendiendo las necesidades de las generaciones presentes y futuras. Este gran desafío significa un cambio de acciones orientadas en sectores a acciones y decisiones articuladas e integradas entre los diferentes actores y sectores con un sentido amplio de colaboración.
En la actualidad, los diferentes niveles de gobierno, las instituciones financieras, la industria, los grandes productores, los pequeños agricultores, las comunidades campesinas, los pueblos indígenas y la sociedad civil históricamente han tenido intereses opuestos y tienen poca y ninguna colaboración. Es crucial transitar a una agenda compartida para alcanzar un desarrollo integral y sustentable, donde nuestros bosques jueguen un rol fundamental.