En 1971, los gobiernos de Argentina y de Bolivia suscribieron en Buenos Aires un Convenio de Cooperación Cultural, Científica y Técnica, convencidos de la importancia que la cooperación reviste en el acercamiento intelectual de los pueblos en aras de una mayor integración e intensificación de los procesos de desarrollo de nuestros países dentro de la región. Desde entonces se ha establecido un mecanismo de trabajo que nos ha permitido conocer el progreso alcanzado en cada uno de los países y compartir experiencias que, de una u otra manera, contribuyen y fortalecen las capacidades estatales propias y ajenas.

Como resultado de aquel acuerdo, el 29 de septiembre, tuve el orgullo de participar, junto a la Directora General de Cooperación Internacional de la Cancillería argentina, autoridades del Viceministerio de Inversión Pública y Financiamiento Externo y del Viceministerio de Relaciones Exteriores de Bolivia, de la Tercera Reunión de Comisión Mixta de Cooperación Técnica entre el Estado Plurinacional de Bolivia y la República Argentina. Luego de tres intensas jornadas de trabajo, se aprobó la nueva cartera de proyectos de cooperación técnica para el bienio 2016-2018.

Este tercer encuentro bilateral nos ha dejado la satisfacción de saber que existe un excelente diálogo y entendimiento entre ambos países que nos permite planificar y enmarcar el trabajo que venimos realizando de manera conjunta bajo los mismos principios de solidaridad y respeto dentro de un esquema de horizontalidad, equidad y justicia en el cual nos asociamos para responder a nuestras necesidades y superar los desafíos que nos plantea el desarrollo como Estados soberanos.

La República Argentina ha hecho de la cooperación internacional uno de los pilares fundamentales de su política exterior, convirtiéndola en una verdadera política de Estado reforzada desde 1992 con la creación del Fondo Argentino para la Cooperación Sur-Sur y Triangular, actualmente con presencia en más de 40 países en el mundo, siendo que la calidad y riqueza de la relación de cooperación con Bolivia es única. Ejemplo de esto son los más de 70 proyectos ejecutados en los últimos cinco años y los 306 desplazamientos de técnicos argentinos y bolivianos desde 2014 a la fecha, sin mencionar las innumerables iniciativas bilaterales que tuvieron lugar desde la firma del convenio marco de 1971 hasta la celebración de la Primera Reunión de la Comisión Mixta de Cooperación Técnica Bilateral en el 2011.

Me llevaría todo un día detallar cada uno de estos proyectos. Sin embargo, me gustaría resaltar a modo de ejemplo aquella iniciativa que posibilitó la puesta en funcionamiento del primer portal geoespacial que le permite a Bolivia manejar datos estratégicos sobre electricidad y energías alternativas para la mejor toma de decisiones; o bien aquellas otras que han contribuido al fortalecimiento de las capacidades en el monitoreo geodinámico de los sistemas de alerta temprana para la reducción de riesgos de desastres naturales, así como las específicas del sector agropecuario que han coadyuvado en el aumento de la producción y calidad de los alimentos en los diferentes departamentos nacionales.

El intercambio de conocimientos y experiencias han posibilitado a lo largo de todos estos años que más de 40 instituciones públicas centralizadas y descentralizadas de la Argentina y de Bolivia —tales como ProBolivia, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, el Servicio Nacional de Riego, el Ministerio de Salud, la Universidad Mayor de San Andrés, etc.— se hayan relacionado de manera exitosa en la materialización de los objetivos propuestos al comienzo de cada proyecto, dando cuenta de la excelente relación de trabajo entre los profesionales de ambos países, posibilitando un entendimiento que no se agota en la finalización de cada proyecto, sino que por el contrario genera vínculos y asociaciones exitosas perdurables en el tiempo entre argentinos y bolivianos a través de sus respectivas organizaciones.

El camino de la cooperación que nuestros países decidieron emprender hace ya tiempo ha trascendido a los distintos gobiernos, convirtiéndose en una auténtica política de Estado, cuyos resultados han generado beneficios mutuos para las poblaciones en diversos campos de la vida cotidiana, tales como la salud, la agroindustria, el medio ambiente, la justicia, la industria, la energía, el trabajo y los derechos humanos, entre otros. Y si de derechos humanos hablamos, quiero compartir con los lectores la satisfacción que tenemos de poder colaborar, a partir de un nuevo proyecto aprobado con el Instituto de Investigaciones Forenses, en la búsqueda de los restos mortales de Marcelo Quiroga Santa Cruz, Renato Ticona Estrada y Juan Carlos Flores Bedregal.

Hoy nos encontramos frente a nuevos desafíos, pero estoy convencido de que esta nueva cartera de proyectos aprobada recientemente por los dos países dará una respuesta satisfactoria y encontrará las soluciones que día a día demanda la ciudadanía en el arduo camino hacia el desarrollo. Es parte de mi misión como embajador de la República Argentina ante el Estado Plurinacional de Bolivia trabajar para que así sea.