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Día Internacional de la Niña 2016

La celebración del Día Internacional de la Niña en todo el mundo este 11 de octubre, fecha que coincide con el Día de la Mujer Boliviana, nos lleva a pensar que hay toda una generación que en los próximos años tiene que alcanzar todo su potencial. En el mundo existen 1.000 millones de niñas menores de 18 años que son parte de una generación grande y vibrante lista para asumir el futuro.

En Bolivia, según datos del Censo de Población y Vivienda 2012, el 19% de la población boliviana está conformada por adolescentes y niñas menores de 18 años. Eso quiere decir que cerca de 2 millones de habitantes son niñas en nuestro país. Pero más allá de las cifras, es importante concentrarnos en qué posibilidades tiene la niñez en Bolivia. Y al respecto es fácil darnos cuenta de que al iniciar su vida las niñas empiezan una carrera de obstáculos para lograr todo su potencial, pero a diferencia de los niños, parece ser que los obstáculos son más altos para ellas.

De acuerdo con los últimos datos estadísticos, el país ha dado importantes avances hacia el logro de la paridad de género en educación primaria y secundaria. Sin embargo, dos de cada 10 adolescentes se embarazan y en algunas regiones hasta cuatro de cada 10; y una de cada dos adolescentes casadas o en unión es víctima de violencia por parte de su pareja. Ejemplos de esas disparidades las encontramos constantemente en América Latina, y la única manera de cambiar esta situación es a través de inversiones clave que puedan establecer con urgencia el camino del empoderamiento y el ejercicio pleno de los derechos de las niñas.

Además de la importancia de la inversión en la niñez, con particular atención en las niñas y las adolescentes, es imperioso actuar con urgencia en un cambio social que libere a las niñas del riesgo de sufrir violencia en todas sus formas y a la vez combata la discriminación, de tal manera que estos riesgos no se perpetúen y persistan en la vida adulta de las mujeres.

El Día Internacional de la Niña busca el reconocimiento de la sociedad, las autoridades y de los tomadores de decisión sobre la importancia de la inversión y el empoderamiento de las niñas y adolescentes para la prevención y eliminación de las diversas formas de violencia que experimentan. Para tal efecto, inicialmente lo importante es hacer visible las diferencias entre niñas y niños. Para eso es necesario que la información estadística sea clara y desagregada por sexo. Una vez identificadas estas diferencias y brechas de equidad, se podrá proponer planes de trabajo y políticas específicas que ayuden a cambiar la realidad en esa larga carrera de obstáculos que niñas y adolescentes deben atravesar para llegar a su adultez después de haber ejercido plenamente sus derechos.

Esto genera la posibilidad de que se puedan romper los ciclos de pobreza que generalmente recaen en aquella niña que tuvo que abandonar la escuela

para cuidar a sus hermanos menores; en aquella niña que víctima de la violencia de la sociedad quedó embarazada en la adolescencia; en aquella adolescente que hoy es madre y lucha por cuidar a su niña para que no sufra la misma suerte.
Convoco a la sociedad a que no bajemos los brazos en esta lucha por los derechos de nuestras niñas y que unamos todos los esfuerzos para que no quede ni una niña sin ir a la escuela, que no vuelva a desaparecer una niña víctima de trata, que ninguna niña quede embarazada víctima de un abusador. Cuidemos a nuestras niñas, amémoslas y festejémoslas en este día tan importante.