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Matrículas a pedido

Según pudo constatar La Razón, en la sede de gobierno cualquier ciudadano común y silvestre puede adquirir una placa de control “artesanal” para un vehículo o una motocicleta a tan solo Bs 50. Ese fue el módico precio que una mujer le ofreció a un reportero de este diario desde una de las tiendas de autopartes que se encuentran frente a la Cancha Zapata, y previsiblemente no es el único lugar en el que se puede adquirir este tipo de matrículas falsificadas.

No sobra recordar que las placas son documentos oficiales que solamente el Estado puede otorgar (en este caso a través de la Unidad de Administración Tributaria Municipal, previa valoración de Diprove), y resultan fundamentales para asegurarse de que los vehículos que circulan por las calles del país cumplen con las normas de tránsito, son legales y pagan impuestos. Este “fenómeno” podría explicar por ejemplo por qué algunos conductores deben pagar por infracciones que nunca han cometido. De allí la importancia de que las autoridades se aseguren de la autenticidad de las matrículas durante la inspección técnica y a través de operativos, pero también evitando que se les venda combustible o con logotipos especiales que dificulten su reproducción artesanal, tal como sucede por ejemplo con los billetes, cosa que hoy por hoy no ocurre.