Inseguridad en la red
Urge mejorar los protocolos de seguridad de las páginas webs y de los servidores.
Un reportaje publicado el domingo en este diario advierte que al menos 67 páginas webs estatales sufrieron algún tipo de ataque cibernético en lo que va del año, el doble de lo registrado en 2015, poniendo en relieve las fallas de seguridad informática que imperan en estos sitios, muchos de los cuales manejan información sensible sobre el Gobierno y la población.
Por ejemplo, el 31 mayo, en un solo día Joshua Provoste hackeó las páginas webs de la Defensoría del Pueblo, la Dirección General de Migración, de la Escuela Militar de Ingeniería, de la Gobernación de Santa Cruz, del Ejército de Bolivia y de su escuela de idiomas; e incluso explicó a detalle cómo vulneró la seguridad de estas entidades en su canal de YouTube.
Según explica Eliana Quiroz, ciberactivista y columnista de La Razón, existen diferentes tipos de ataques y sus efectos también difieren, ya que algunos pueden ser mucho más nocivos que otros. La forma más común de vulnerar una página web se conoce como defacing, y ocurre cuando se modifica la portada por otra diferente. Este cambio no genera mayores repercusiones más allá de causar molestias a los usuarios que desean consultar o realizar algún servicio a través de la página intervenida.
El descifrado de passwords para acceder a correos personales o institucionales o a cuentas bancarias también es algo común. Para tal efecto algunos hackers utilizan o desarrollan programas complejos, pero éstos suelen ser anulados al poco tiempo por las compañías de seguridad, por eso prefieren apelar a la “colaboración” de las víctimas a través de mensajes o links a páginas webs truncadas que, peripecias más peripecias menos, terminan por pedir información confidencial o bien claves de correos personales. Otros ensayan quimeras al mejor estilo del cuento del tío, ofreciendo por ejemplo compartir una herencia, un premio o una cuenta bancaria que no ha sido reclamada. La magnitud del daño provocado por este tipo de ataques depende de la información que logren conseguir. Por caso, en no pocas ocasiones imágenes íntimas han sido utilizadas para futuras extorsiones, o bien datos sensibles han servido para vaciar cuentas bancarias.
Finalmente están los ataques que buscan recabar información estratégica de instituciones públicas y/o privadas, y sus efectos pueden ser bastante dañinos. Por caso, la filtración de correos por parte de hackers procedentes supuestamente de Rusia ha puesto en figurillas al Partido Demócrata en Estados Unidos, obligándolo a hacer malabares para evitar que esta información incline la balanza en favor del candidato republicano.
En el país hasta ahora no se ha registrado ataques de estas características, sin embargo, las probabilidades de que ocurran son muy altas, de allí la importancia de mejorar los protocolos de seguridad de las páginas webs y de los servidores.