Tasas de la FED al alza
Tasas de interés al alza en EEUU son sinónimo de una deuda externa más cara para el país.
La Reserva Federal de Estados Unidos (FED), entidad que funge como Banco Central responsable de la política monetaria, ha dispuesto un segundo incremento gradual en su tasa de interés de referencia después de un año de mantenerla inalterable, aspecto que ha puesto en condición de vigilia a los mercados financieros mundiales, por cuanto ahora se tiene un dólar más caro.
El objetivo de la autoridad monetaria norteamericana es el de controlar las expectativas inflacionarias, conteniendo de esta manera el ritmo de endeudamiento de las empresas y familias. Sin embargo, los efectos colaterales de esta medida pueden significar al resto de la economía globalizada incertidumbre asociada a mayores costos en términos de crecimiento, con la consecuente caída en el nivel de bienestar. Las preocupaciones de los inversionistas se podrían convertir en salida de capitales desde los países emergentes hacia EEUU, y con ello, los equilibrios económicos en países que se encuentran en estado de contracción económica se debilitarían por efecto “dominó”. Por lo tanto, sería prudente tomar algunas medidas precautorias que contengan un posible embate financiero.
Cabe preguntarse sobre los posibles impactos que podría generar en Bolivia esta determinación de la FED. Primero, tasas de interés al alza son sinónimo de una deuda externa más cara, por el incremento de los costos financieros. En este sentido, podría registrarse una mayor presión en las cuentas fiscales por el incremento en los costos financieros emergentes del pago por los bonos emitidos en los mercados internacionales, además de la deuda externa comercial vigente.
Segundo, un dólar fuerte implica divisas debilitadas de los países vecinos, que se verán presionados a devaluar sus monedas ante la inminente migración de capitales ante mejores rendimientos financieros en Estados Unidos. Y medidas en tal sentido podrían traducirse en mayores importaciones y en la reducción de exportaciones; lo que a su vez incrementaría la presión para devaluar la moneda nacional. Y si bien esta presión podría atenuarse con una mayor venta de divisas, hoy en día este mecanismo tiene un margen más limitado de acción por el volumen actual de las reservas internacionales.
Por último, la determinación de la FED que aquí se comenta da lugar a una serie de interrogantes respecto al rumbo que emprenderán las economías del orbe, que sin duda sentirán las réplicas de esta decisión financiera. Además, se prevén nuevas alzas en las tasas de referencias de los bonos estadounidenses en el futuro. En este contexto, sería deseable que las autoridades económicas y monetarias del país comiencen a barajar estrategias de contención que no impliquen un mayor déficit fiscal ni comercial, una devaluación de la moneda o una contracción de las reservas internacionales; sin duda una labor compleja pero necesaria.