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Saga ‘Imperio’

La saga Imperio, de Michael Hardt y Antonio Negri, consta de cinco libros: El trabajo de Dionisos, Imperio, Multitud, Commonwealth y Declaración. El primer libro, El trabajo de Dionisos, presenta una de las tesis centrales de esta saga: la desaparición de la frontera entre el trabajo y el no trabajo. Esta tesis señala que el capitalismo ha extendido sus condiciones de producción incluso sobre el cuerpo de aquel que, en apariencia, no tiene trabajo. El no reconocimiento de su rol o actividad en la producción incluso asegura, de mejor manera, el desarrollo y extensión del capitalismo, pues si fuera concebido como trabajador, tendría derechos.

El segundo libro, Imperio, define la mirada que tienen Hardt y Negri de la situación política mundial. Si no hay diferencia entre trabajo y no trabajo, ¿cuál es la fuerza que posibilita el orden en este tipo de sociedad? La respuesta es la soberanía. Pero esta vez no se trata de una soberanía estatal, sino de una soberanía sin localización territorial. Es decir, se trata de una soberanía imperial que se extiende sobre toda actividad social (sea esta productiva, improductiva o reproductiva), generando una paz universal que de tiempo en tiempo es violentada por pequeñas guerras civiles. Nada queda fuera del alcance de esta soberanía, por ello se dice que no tiene límites territoriales. Solo existe una posibilidad de límite, el ontológico, encarnado por la multitud.

El tercer libro de la saga se llama justamente Multitud. La multitud es la causante de estas pequeñas guerras civiles. Hardt y Negri la caracterizan como una articulación de lo común (una relación singular entre lo colectivo y lo individual). La multitud encarna el contrapoder, entendido como resistencia, insurrección y poder constituyente. Esta última, la potencia constituyente, es la que puede desarrollar una línea de fuga frente al Imperio, a partir de nuevas formas creativas de riqueza común que Hardt y Negri denominan commonwealth.

El cuarto libro, Commonwealth, trata de la exposición de las condiciones que permiten compartir lo común a partir de una democracia radical; desde negar la deuda, generar afectos, construir políticamente las verdades, y (re)constituir la comunidad política para construir un nuevo orden, una República de lo común frente al Imperio. La multitud es el sujeto de la revolución contra el Imperio y la potencia de realización.

Finalmente, Hardt y Negri presentan Declaración, una especie de Manifiesto Comunista del siglo XXI, en el que desarrollan un conjunto de principios y estrategias políticas que orienten a la conformación de la multitud y la nueva constitución de lo común. Todo un programa, abierto a críticas y elogios, pero un programa político al fin, para pensar y problematizar el presente.