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¿Endeudarse para qué?

A menudo nos preguntamos si es conveniente contraer una deuda u obtener un crédito, siendo que la pregunta de rigor sería, ¿por qué nos endeudamos? A nivel privado, las personas o las familias se endeudan, principalmente, para incrementar su tenencia de bienes o activos, o para poder financiar parcialmente algún tipo de actividad económica o algún emprendimiento en particular, siendo que esto, en definitiva, les puede permitir mejorar su calidad de vida.

A nivel público, el Estado se endeuda, esencialmente, para poder financiar parte de los requerimientos existentes en materia de inversión pública, que permitan atender la gran demanda de proyectos, tanto sociales (salud, educación) y de infraestructura (caminos y carreteras), como también productivos, entre otros, que nos conduzcan a mejorar las condiciones de vida de los habitantes del territorio nacional.

En ese sentido, en los últimos 10 años, el Gobierno Nacional presupuestó cerca de Bs 46.000 millones correspondientes a la fuente de financiamiento Crédito Externo, que son recursos de financiamiento que obtienen el Tesoro General de la Nación, los gobiernos autónomos departamentales, municipales y otros por concepto de préstamos monetizables y no monetizables obtenidos de organismos, países y de la banca privada internacional, mediante la suscripción de convenios de crédito, bilaterales y multilaterales. De estos recursos, cerca de Bs 32.000 millones fueron ejecutados en ese mismo periodo, es decir, el 69%.

Cabe destacar que, en 2006, más del 26% de los recursos de inversión pública que se ejecutaban en el país provenían del crédito externo, siendo que para el 2015 ese “peso relativo” disminuyó al 17%; aspecto que refleja la menor dependencia que hoy en día se tiene por parte del financiamiento externo, considerando que, de cada $us 10 invertidos en el país en algún proyecto, solo $us 2 los financia algún acreedor internacional. Sin embargo, las nuevas obligaciones contraídas con el Gobierno de la República Popular de China seguramente cambiarán este panorama, aspecto que comentaremos en otra oportunidad.

Además de lo antes mencionado, es importante poder revisar el crecimiento del presupuesto de Crédito Externo, que, en promedio, se ha incrementado anualmente en un 25%, considerando de igual forma los últimos 10 años de esta gestión gubernamental. Empero, cabe destacar que estos recursos no se obtienen sin ningún costo de oportunidad, ya que existen ciertas condiciones a la hora de contraer un crédito, que deberán ser cumplidas en los plazos y bajo los criterios y obligaciones monetarias que éstas impliquen.

Por lo tanto, ¿endeudarse para qué? Sin duda, para poder invertir en proyectos que tengan impacto no solo en el crecimiento económico, sino sobre todo en el desarrollo y el mejoramiento de las condiciones de vida de los habitantes de nuestro país. Es decir, lo ideal es endeudarse para encarar proyectos en salud, educación, servicios básicos, desa-rrollo rural y productivo; antes que para construir estadios, canchas de fútbol o complejos recreativos. Valga decir, si vamos a contraer un crédito, el Estado debe tener una lógica similar a la del padre de familia, mejorar las condiciones de vida de sus hijos, es decir, de todos y cada uno de los bolivianos que habitan en este país. 

* Claudio Gonzales Selaru es economista, docente universitario.