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António Guterres

Electo por unanimidad en la Asamblea General en octubre pasado y juramentado en el cargo el 12 de diciembre último, António Guterres es el nuevo secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), e inicia su mandato con la promesa de implementar cambios en la organización tanto como seguir favoreciendo la mediación como forma de resolver conflictos.

Guterres, ex primer ministro de Portugal y también ex alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, llega precedido de su fama como gran negociador y experto mediador en casos en apariencia irresolubles, pero también es visto como el hombre que podrá transformar a la organización. El novel Secretario General quiere una ONU “ágil, eficiente y efectiva”, que se centre “más en la gente y menos en la burocracia”, y que sea capaz de entender las preocupaciones de los ciudadanos, según afirmó al jurar al cargo.

Asimismo, se ha propuesto asegurar la paridad de género en la cúpula de la ONU, no solo por el hecho de que su elección implica la postergación del sueño de muchos Estados miembros que desean ver a una mujer en el puesto más importante de la Secretaría de la organización, sino porque es lo que corresponde, mucho más si se considera que se trata de la institución más importante del multilateralismo y que tiene entre sus principios fundamentales la promoción de la igualdad entre los seres humanos.

El nuevo Secretario General hereda, además de decenas de conflictos repartidos por todo el orbe (en los cuales las misiones de la ONU no siempre han sido afortunadas), la urgente necesidad de devolver la paz a Siria, cometido que exige los más intensos esfuerzos diplomáticos, ahora que las balas y las bombas parecen haber abierto un espacio para la negociación, luego de haber sembrado cientos de miles de muertos y muchos más desplazados.

Como preocupación también debe inscribirse la pronta asunción a la presidencia de Estados Unidos de Donald Trump, quien ha manifestado su deseo de transformar a la ONU y sus procedimientos, así como el papel que la diplomacia de su país ha venido desempeñando en el debate y la política global que se producen en las Naciones Unidas. Estados Unidos es, además, el principal contribuyente al presupuesto de la ONU.

Finalmente, Guterres tiene entre sus tareas el seguir luchando contra los discursos políticos extremistas y la xenofobia, habitualmente emparentados en la vida de los pueblos y culpables del sufrimiento que hoy siempre padecen los migrantes de una y otra cultura.

Tiene el nuevo Secretario General de la ONU cinco años (renovables una sola vez) para crear, acordar e implementar una agenda de cambios, pues hoy nuevamente el mundo parece encaminarse a una espiral de odio y la misión esencial de las Naciones Unidas es evitar que esto suceda. António Guterres tiene en las manos el principal instrumento de paz del mundo, y no debe fallar al usarlo.