Una decisión temeraria
Legalizar una nueva candidatura presidencial de Evo Morales podría generar ingobernabilidad.
El 2016 ha sido un año malo para el Movimiento Al Socialismo (MAS), pues diferentes sucesos lo pusieron en vilo; entre otros, las denuncias sobre la empresa china CAMC y las relaciones del Presidente con Gabriela Zapata, el referéndum del 21 de febrero, el desfalco en el Fondioc, la falta de agua en La Paz y otras ciudades, el accidente del avión de la compañía aérea boliviana LaMia, la fuerte disminución del valor de las exportaciones y la importante salida de capitales privados hacia el exterior.
No obstante esta delicada situación, la asamblea del MAS, organizada en diciembre pasado, propuso hacer lo posible para legalizar una nueva candidatura presidencial de Evo Morales. En mi criterio, es una decisión temeraria, ya que podría exacerbar el descontento actual con el Gobierno, provocando ingobernabilidad en un contexto económico difícil.
El argumento manejado por el MAS para plantear la revisión del resultado del referéndum del 21 de febrero es que la población fue presa de una mentira, sin aclarar de cuál se trataría, pues podría ser sobre la relación amorosa del Mandatario con Gabriela Zapata, sobre el posible hijo de ambos, sobre la gerencia de CAMC ejercida por Gabriela, sobre un posible tráfico de influencias y sobre corrupción.
A pesar de la campaña gubernamental, la población sigue confundida al respecto. Luego, es posible que uno o varios de estos supuestos hechos influencien nuevamente el voto ciudadano como presumiblemente ocurrió el 21 de febrero 2016.
De todas maneras, está en duda que el MAS haya perdido la consulta popular por estos sucesos. En realidad, la ciudadanía manifestó un descontento global por el estilo de gobierno que podría volverlo a manifestar. A la gente le importa poco la vida privada del Presidente, pero hasta ahora no encuentra una explicación de cómo una joven entre los 17 y los 26 años, presuntamente pareja de Evo, llegó a ser gerente de una importante empresa china con la que Bolivia firmó contratos por cerca de $us 500 millones.
No han sido digeridas tampoco afirmaciones y desmentidos posteriores de las mismas autoridades que oscurecieron más aún la información disponible.
El asunto del Fondo Indígena continúa presente en la preocupación ciudadana. Los problemas de gestión gubernamental puestos de relieve por la falta de agua y el accidente de la aeronave de LaMia inquietan a la población. La falta de agua en La Paz constituye uno de los hechos más trágicos en la historia de esta urbe. Los ciudadanos están enojados con el Gobierno, al que atribuyen problemas de gestión.
Por otra parte, el futuro inmediato de la economía preocupa. Las exportaciones han tenido una terrible disminución, se han perdido más de $us 3.000 millones en reservas internacionales en un año, el sector privado ha exportado capitales por el orden de $us 2.000 millones.
El Gobierno continúa con insensatos proyectos de inversión y haciendo gastos innecesarios. El déficit del sector público bordea el 8% del PIB. A pesar del impacto del millonario presupuesto en publicidad gubernamental, la población muestra desconfianza en el manejo de la economía.
En lugar de mostrar inteligencia y habilidad en esta difícil coyuntura, algunas autoridades embarran al Gobierno con declaraciones fatuas, poco creíbles y agresivas contra gil y mil. La publicación del video El Cartel de la Mentira es una muestra de ello.
Estando el MAS en un proceso de crisis, ¿no sería mejor que se retirara con dignidad del Gobierno? Máxime tomando en cuenta que el movimiento indígena-campesino está de todas maneras posesionado en la política con la oportunidad de ser nuevamente parte del gobierno en el futuro.
* es doctor en Economía, director de Ciess Econométrica.