Es a escala mundial que se ha notado, desde que comenzó la carrera presidencial, que en Estados Unidos se vieron dos personajes muy diferentes en la contienda: Donald Trump y Hillary Clinton, los cuales tenían visiones muy distintas en cuanto a lo que proponían, especialmente el (en ese entonces) candidato republicano, quien entre sus promesas electorales anunció la construcción de un muro en la frontera con México, el cual sea pagado por el Estado mexicano. Esto nos lleva a pensar que otras implicaciones pueden estar tras esto.

Partiendo de lo que fue el muro de Berlín hasta 1989, el único objetivo de este muro fue simple: “protección”, tal cual tuvo desde un principio el muro en la frontera de Estados Unidos con México, protección contra la inmigración ilegal que, según el punto de vista del actual Mandatario estadounidense, ha quitado empleos a sus conciudadanos y ha traído delincuencia a sus calles.

El punto de todo esto es que Estados Unidos, a partir de la posesión de Trump, quiere adoptar políticas proteccionistas para poder mejorar el desempeño económico de su país, el cual se ha visto fuertemente ralentizado desde la crisis financiera desencadenada en 2008.

La señal que da Trump con el muro, hacia México y toda Latinoamérica, es la de buscar mejores condiciones para la industria de su país y garantizar el empleo para sus ciudadanos, entre ellos migrantes legales (mexicanos y cubanos principalmente), garantizando el desarrollo interno de su país antes que de la economía global.

Las vallas altamente vigiladas y con estrictas medidas de seguridad levantadas desde 1994 a lo largo de la frontera entre estos dos países han marcado huella en la vida de millones de familias mexicanas las cuales a lo largo de todos estos años han intentado atravesarla con diferente suerte. Hay que tener muy en cuenta que ahora dicho muro significará mayores dificultades migratorias, pero no eliminará uno de los grandes problemas que hay en las ciudades fronterizas de México: “el narcotráfico”, el cual a través de sofisticados túneles construidos a lo largo de la frontera con México, entre otros ingeniosos métodos, ha traficado inmensas cantidades de droga, que van en directo desmedro de consumidores en Estados Unidos.

Tomando en cuenta la crisis política que puede darse entre Estados Unidos y México, pueden desencadenarse consecuencias económicas muy negativas para México, afectando el volumen de su producción y exportaciones a su principal socio económico, el cual es precisamente Estados Unidos.

Es un tema que puede provocar un importante debilitamiento en dicha economía, al igual que la de Latinoamérica, de manera directa para algunos e indirecta para otros, como es el caso de Bolivia. 

Pues bien, para concluir, hay que tomar en cuenta la dimensión de lo que se pueda suceder si se cumplen las promesas electorales del presidente Trump, que podrán llamar al cambio de lo que representa el orden económico mundial, en cuanto a la efectividad que tengan para su país y el resultado que proporcionen hacia el resto del mundo.

Es economista.