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Ecofalacias

Algo que ha caracterizado el pasar de estos últimos meses, ha sido la zozobra de la ciudadanía a distintos eventos. La sequía suscitada hace poco ha marcado un hito en varias poblaciones y ciudades, la más connotada La Paz. Quizás este escenario que se anticipaba venir… hoy es el impulso a las acciones para contrarrestar estos desastres que tienen su origen en nuestra forma de tratar a “nuestra casa o Madre Tierra”.  

Los desastres ambientales al parecer serán más frecuentes y de diversa índole. Las pérdidas y daños ocasionados por la plaga de langosta en el municipio de Cabezas, en el departamento de Santa Cruz, tienden a expandirse y podría ser recurrente en el tiempo. Estos fenómenos hacen notar que la pérdida de hábitats llegó a un punto de inflexión; se ha perdido el control biológico natural entre las distintas especies. La disminución de predadores de especies hoy genera un ambiente propicio para la proliferación de especies invasivas. Sin duda, el papel de las distintas especies de animales en la historia del mundo ha sido crucial, han ayudado a construir y destruir civilizaciones.

Las repercusiones de estos sucesos han generado mayor importancia e interés de lo ambiental, quizás no en la medida que se espera y requiere. Hoy se habla de tecnología para sembrar nubes y crear lluvias de forma artificial, también se planifica masificar fumigaciones y mayor uso de pesticidas.  Por otro lado, se percibe una mayor valoración y cuidado del agua, sin embargo todo esto no nos aproxima a ser un país resiliente y tampoco contrarrestar los impactos que se vienen; el agua será el recurso con menor disponibilidad y el ataque de plagas tenderá a la recurrencia.

Probablemente es el mejor momento para enfatizar discursos sobre el medio ambiente y su cuidado; sin embargo, estamos un poco distantes a las acciones y medidas requeridas para contrarrestar estos desastres. Bolivia es uno de los países con mayor exposición al cambio climático, los impactos se vienen suscitando desde hace 30 años, las tendencias actuales muestran que el clima se modificó (+1oC de temperatura y -17% de precipitación) y los escenarios climáticos futuros advierten mayores alteraciones si no se toman medidas adecuadas.

Las consecuencias se están haciendo más evidentes: menos agua para consumo humano, mayores pérdidas en la producción agropecuaria, desecación de humedales, contaminación de agua, desertificación de suelos, mayor migración y una cadena de impactos que nos conllevará a una mayor pobreza y alta vulnerabilidad a los desastres ambientales. Estamos en el momento adecuado para diseñar e implementar estrategias que minimicen impactos, se requiere tratar el tema ambiental con el sustento técnico suficiente para soluciones integrales y de largo plazo.