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La Kantuta en Brasil

Las ciudades contemporáneas son construcciones demográficas, es decir, cuanto más reciben inmigrantes hay la tendencia a ser denominadas desarrolladas y prósperas, gracias al aporte del trabajo vivo de los recién llegados. Los migrantes conviven con un mundo ajeno a lo suyo. Aprenden a lidiar con muchas dificultades, no están cerca su añorada tierra. Se esfuerzan para integrarse a la lógica cotidiana sin complicaciones, en breve. Concilian con estereotipos venidos de discursos adversos. Se preocupan de regularizar y garantizar su estadía migratoria; si pierden esa condición, se convierten en respetuosos, dóciles y silenciosos trabajadores. Se asocian para ser oídos y visibilizados algo que como individuos no lograrían hacerlo entre los millones.

En las grandes ciudades sudamericanas, quizá la comunidad boliviana sea la que más se organiza. Los peruanos y ecuatorianos podrían secundar a los compatriotas. Existen influyentes asociaciones bolivianas en Chile, Argentina y Brasil. En Mendoza, los connacionales lograron una conquista histórica, ser reconocidos con Personalidad Jurídica bajo la figura de Ayllu Quechua Guaymallen, así como la Asociación de Warmis Phuskadoras, algo inusual en Argentina con la gestión de la expresidenta Cristina Fernández. Empero, el gobierno del presidente Macri los reprime desalojándolos de una feria artesanal y culinaria de que la forman parte. La premisa de la administración macriana es: nada en la calle.
Pese a la adversidad, la comunidad boliviana en el exterior tiene más particularidades: las asociaciones se disputan la representatividad, incluso rechazan la nominación de cónsules. Esa situación puede considerarse negativa. Sin embargo, es posible que sea lo contrario, cuanto más hay asociaciones también disputan con empeño en la afirmación de la bolivianidad desde sus centros públicos de convergencia: plazas, ferias, festivales, entradas folklóricas, ocupaciones, manifestaciones, etc.

Por ejemplo, Liniers, Estación Terminal Once, Villa 1-11-14, Escobar y otros, son los centros de convergencia de bolivianos en Buenos Aires, Argentina. La calle Coimbra, Barrio la Penha y Brás, Bom Retiro, y la más simbólica, la dominical Feria Kantuta instalada en una plaza poco frecuentada durante la semana, son los puntos de confluencia de compatriotas en São Paulo, Brasil.

En la Feria Kantuta, los connacionales se encuentran con sabores de la culinaria, bebidas, productos andinos, artesanías, música al vivo, camisetas de equipos del fútbol boliviano en los campeonatos de Futsal, danzas, etc. La espontánea conversa entre visitantes en quechua o en aymara le agregan un tinte más especial de proximidad a la tierra natal. La Feria Kantuta se lleva algo más particular, su nombre está asociado a la flor símbolo patrio. Se sabe que durante siglos esta flor acompañó en las ceremonias sagradas y festivas de las sociedades andinas. Hoy su nombre sigue acompañando a los bolivianos en la ciudad más poblada del mundo, la ciudad de São Paulo. Las efemérides departamentales, por ejemplo, son vividas, tal vez, con mayor patriotismo que en Bolivia. Una cerveza Paceña o una tutuma de chicha le dan ambientes parecidos a las sombrillas de chicharrón de Vinto o de Sacaba. El ser andino, en el fondo, predomina más en las expresiones entre los bolivianos en el exterior.