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Recuperar el aliento

Nuestro proceso de cambio produce en nuestras vidas un montón de sentimientos; deseos, angustias, miedos y alegrías, pero sobre todo esperanzas. Este montón de sentimientos que conviven a manera de conventillo de barrio popular, produce en nuestros cuerpos posicionamientos ante las diferentes coyunturas, que muchas veces han significado riesgos y rupturas. No siempre hemos podido bandear nuestras vidas, entre las emociones que dentro nuestro se peleaban por invadir el cuerpo todo, por ejemplo, entre el miedo y la esperanza o entre el deseo y las angustias.

Hace un año la coyuntura de la difamación y la mentira manejada desde los intereses patriarcales de las derechas fascistas en Bolivia, digitadas internacionalmente, tuvieron como protagonista principal a una mujer, Gabriela Zapata, que al mismo momento que fue usada también tomó posición y es responsable de lo que hizo. No nos hace bien como sociedad fomentar la victimización ni la autovictimización, porque con excepción de las wawas (niñas y niños) el resto tenemos elementos de convivencia básica para realizar nuestros actos y no podemos hacernos a las que no nos dimos cuenta.

Mentir, saber que se está mintiendo, difamar, tener el cinismo de defender y querer convencer de algo que sabes que no es cierto, es sobre lo que tenemos que reflexionar, el engaño y la mentira corroen. Nos costó poner el cuerpo en aquella coyuntura del cinismo, ante la mentira, el abuso de los medios de comunicación y de las redes. A quienes defendemos el proceso de cambio desde abajo y somos parte del pueblo  nos costaba entender que las computadoras y el internet hayan creado una realidad, que por acción del chismerío cibernético, lo convirtieron en cosa de horas, en una realidad, que era esgrimida y la azotaban ante nuestros rostros. Nos acusaban de cómplices de violaciones, no solo de derechos, sino de cuerpos y vidas. Tuvimos que ser bien sabias y sabios, para no caer en la provocación defendimos principios pero fue muy duro dar la cara cuando la gente decidió creer las mentiras y votar por el No, o finalmente confundidos no ir a votar.

A un año de distancia con todos los elementos que arroja la investigación empezamos a recuperar el aliento de la energía de un proceso que precisa de compañeros y compañeras que pongan la vida en este proceso, que es para que este territorio sea un territorio donde la felicidad y ese vivir bien tengan raíces de vida y de amor que lo alimenten.

Retomar la energía, la fuerza, la pasión y la alegría de construir nuestras vidas descolonizadas, sin patrones ni patronas que nos chupen el tiempo, el trabajo y el placer es lo que precisamos hoy, es esa entonces la tarea principal de recuperar el aliento. Es necesario e imprescindible convocar a la creatividad para tener la fuerza y las propuestas necesarias para profundizar la revolución, aquella de la que nos hablaba el comandante Chávez a quien lo extrañamos  desde el 5 de marzo de 2013.