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Vacunas contra el VPH

El cáncer cervical, que deviene de algunas de las cepas del virus de papiloma humano (VPH), es una de las principales causas de mortandad en los países en vías de desarrollo; de allí que organismos internacionales como la OMS recomienden campañas de prevención contra esta dolencia, incluida la vacunación de niñas que aún no han iniciado su actividad sexual.

En concordancia con esta recomendación, el Ministerio de Salud inició ayer una campaña de vacunación contra los cuatro tipos de VPH de más alto riesgo oncogénico, responsables del 77% de los casos de cáncer de cuello uterino, de vulva, vagina, ano y de orofaringe. Esta cruzada apunta a beneficiar a cerca de 350.000 niñas de entre 10 y 12 años, quienes serán vacunadas en las unidades educativas públicas, privadas y de convenio (la vacuna no es efectiva cuando la infección está presente, de allí el rango de edad).

Habida cuenta de que en Bolivia cada año mueren en promedio 640 mujeres debido al cáncer de cuello uterino, de acuerdo con estimaciones del Ministerio de Salud; y que el país registra una de las mayores tasas de mujeres infectadas con VPH: 18 de cada 100, cuando en el resto de los países latinoamericanos el promedio es de 13,2% (según alerta un estudio elaborado en 2014 por instituciones gubernamentales, universidades y organismos internacionales), se trata sin duda de una importante cruzada, que viene a subsanar un peligroso vacío en el sistema de salud público.

Pero no todo es color de rosa en este asunto, ya que recientemente en España ha surgido la Asociación de Afectadas por la Vacuna del Papiloma (AAVP), que se opone a este tipo de campañas con el argumento de que la vacuna del VPH ha generado efectos adversos de consideración a decenas de adolescentes en diferentes países, algunas de las cuales habrían “quedado incapacitadas de por vida”; en palabras de Carlos Álvarez-Dardet, expresidente de la Sociedad Europea de Salud Pública y el principal promotor de esta asociación.

A pesar de estas advertencias, la posición de la OMS es clara, en tanto “recomienda a los países considerar la vacunación contra el virus del papiloma humano cuando la incidencia de la enfermedad es alta y cuando la vacuna es rentable y su aplicación asequible y sostenible”, según señala un artículo publicado en BBC Mundo. De igual manera, las agencias europea y estadounidense de medicamentos han avalado la eficacia y la seguridad de esta vacuna.

En cualquier caso, el debate está abierto, y ante el inminente inicio de una campaña de prevención en el país contra el virus del papiloma humano, sería más que deseable la realización de un seguimiento a las niñas vacunadas, para confirmar o descartar posibles efectos adversos; junto a una atención sanitaria adecuada para las afectadas en caso de que se presenten reacciones negativas contra las vacunas.