Panorama fiscal en América del Sur
La reducción de ingresos implicó una contracción del gasto público en varios países de la región
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) publicó recientemente su Panorama Fiscal, el cual destaca el desempeño de las economías latinoamericanas en el ámbito fiscal en 2016, las políticas implementadas y los retos hacia adelante. Hago un resumen de las ideas principales de este documento para América del Sur.
El déficit promedio de los países de Sudamérica se incrementó de un 3,6% respecto al Producto Interno Bruto (PIB) en 2015 a un 4% en 2016. El deterioro de las cuentas públicas fue casi generalizado. Los ingresos fiscales se contrajeron en 0,5% respecto del PIB en comparación a un año antes, reducción que se debió a una combinación de varios factores: i) menores ingresos fiscales provenientes de las actividades extractivas por la caída y lenta recuperación de los precios de las materias primas; ii) el ciclo económico adverso internacional, que ha provocado una contracción de la demanda externa; y yo le agregaría un tercer factor: iii) las políticas fiscales procíclicas adoptadas por los países de la región.
Por un lado, la evolución negativa se debió a la caída continua de los precios internacionales del petróleo y de los minerales, que según la CEPAL recién comenzaron a mostrar signos de recuperación entre el segundo y el tercer trimestre de 2016, mejora que no impidió que el petróleo sufra una caída de -15%, y los metales, de -8% el pasado año.
A pesar de que varios países realizaron ajustes para compensar la caída de ingresos con aumentos a las alícuotas impositivas de las utilidades de empresas y la renta del capital, o incrementando sus bases imponibles con menores exenciones y deducciones de impuestos, la presión tributaria, cociente entre la recaudación total y el PIB, bajó en la región de 20,8% a 20,3%.
La CEPAL destaca que aún existen frenos estructurales para mejorar la recaudación tributaria, como ser i) la baja tributación directa, es decir, la baja cobertura que tiene el impuesto al ingreso de las familias; 2) los altos gastos tributarios, es decir, las excesivas exoneraciones y regímenes simplificados; y 3) la alta concentración de la riqueza y el ingreso.
Una tercera causa de la merma de los ingresos podría ser las propias políticas fiscales de los países que habrían exacerbado el deterioro fiscal. La contracción de la demanda interna originada desde el sector público con medidas de recorte de gasto y aumento de algunos impuestos redujo la actividad económica, y ésta a su vez el potencial recaudatorio.
Al otro lado del balance fiscal está el gasto público, cuya evolución estuvo condicionada por la dinámica de los ingresos. La reducción de ingresos implicó una contracción del gasto público en varios países. El gasto de capital cayó marcadamente en un 0,5% del PIB en promedio. Esta disminución en la inversión pública es preocupante, ya que implica una desacumulación de capital, lo que a su vez tendría un impacto negativo en el crecimiento económico de los próximos años.
En cuanto al gasto corriente, el informe destaca un aumento en el pago de intereses de deuda como resultado del aumento de la deuda total, que en promedio subió un 2,5% respecto del PIB, y por la depreciación acelerada de algunas divisas que encarecieron su acceso a dólares.
Si bien los niveles de endeudamiento siguen bastante razonables y las condiciones de financiamiento se mantienen positivas en la región, la CEPAL recomienda continuar con políticas de consolidación fiscal. ¿Pero acaso no son estas mismas políticas las que han acentuado la desaceleración de los países, deprimiendo el consumo y la inversión? ¿Existen caminos alternos para esquivar la trampa fiscal del ajuste? ¿Qué lecciones podemos aprender de nuestros vecinos?
* es economista, docente de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), servidor público del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.