En mayo, los gobiernos de América Latina junto a nuestros colegas de la Comunidad del Caribe (Caricom) y los Estados miembros de todo el mundo elegiremos al próximo director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La persona que seleccionemos tendrá un impacto en la salud de los humanos y del planeta durante las décadas por venir. Para América Latina, necesitamos un líder que comprenda la naturaleza dual de nuestros desafíos sobre la salud, tales como los problemas emergentes, incluyendo el zika; así como los desafíos complejos asociados a las enfermedades no transmisibles (ENT).

Una lección sobre el control del tabaco, al cual he dedicado gran parte de mi trabajo como directora ejecutiva de la Fundación InterAmericana del Corazón, es que los desafíos de salud más grandes del mundo requieren trabajar fuera del médico, tanto en la prevención como en el “tratamiento” de las enfermedades abordando las causas subyacentes.

Los detalles de esta elección son únicos: por primera vez, todos los 194 Estados miembros de la OMS votarán directamente por un director general. Creo que hay una persona que puede hacernos avanzar, a través de una combinación de conocimientos técnicos, experiencia directa al frente del sector de la salud y en los más altos niveles de la política nacional, y la tenacidad para dirigir las reformas: la cardióloga paquistaní y líder mundial en salud pública Sania Nishtar.

Nosotros, en la comunidad mundial de la salud, hemos tenido la suerte de trabajar con ella en su función como experta en las ENT, defensora de la sociedad civil y catalizador para las reformas en Pakistán. Su visión para la OMS es que la institución se gane la confianza del mundo como el principal organismo de salud, y pueda lograr una cobertura universal de salud. La visión de Sania está en reconocer que los problemas más urgentes que enfrentamos en América o requieren de una OMS fuerte, eficaz y calificada para este fin.

Su visión incluye un compromiso con la transparencia y la rendición de cuentas, un apoyo relevante a cada país, la reforma de la OMS y una cultura de asociaciones. La apertura y transparencia de su campaña refleja sus valores. He tenido asimismo el privilegio de ser testigo de su liderazgo eficaz cuando ella fue co-presidenta de la Comisión de la OMS para acabar con la obesidad infantil. Continuamente utilizó sus habilidades de liderazgo y experiencia para ampliar el alcance de la comisión y garantizar que su impacto sea crucial para las políticas sobre obesidad en los años venideros.ç

No podemos enfatizar lo suficiente la importancia de nuestra región en la comunidad mundial de la salud. La Organización Panamericana de la Salud (OPS) fue el primer organismo regional de salud. El enfoque de la OPS está considerado como uno de los mejores ejemplos de liderazgo y coordinación regional, y es fundamental que esas lecciones sean compartidas a escala mundial. Sania es consciente de la condición especial de la OPS y seguirá respetándola.

Hace unas semanas, The Economist hizo un llamado a América Latina y al Caribe para que cumplan finalmente con la promesa realizada durante cinco décadas: la integración regional y un enfoque coordinado. Como un grupo de países con grandes desafíos y una promesa mucho mayor, juntos debemos mostrar al mundo nuestro apoyo al mejor candidato posible para tener la mejor OMS posible. A través de un enfoque compartido y el apoyo para el candidato adecuado, podemos asegurar que América Latina cumpla con nuestra promesa de alcanzar la mejor salud posible para todos, y servir como un ejemplo destacado para los demás.

* PhD, es directora ejecutiva de la Fundación InterAmericana del Corazón.