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Cordón ecológico

El martes, un grupo de ciudadanos cruceños, convocados por ambientalistas, articularon “un cordón humano”, como gesto simbólico en defensa de las riberas del río Piraí. Ello debido a que el diputado Édgar Montaño (MAS) propuso un proyecto de ley que buscaba realizar cambios en la normativa vigente para permitir obras de dominio público en el cordón biológico de ese río.

Tras esta manifestación, Montaño decidió retirar el polémico proyecto de ley que, en palabras del asambleísta, fue concebido para permitir la construcción de cinco puentes y dos vías “que permitan la vinculación entre pueblos”. No obstante, además de puentes y vías, el proyecto también contemplaba permitir la construcción de bienes municipales de dominio público, como parques, pasos de nivel y caminos vecinales. A tiempo de justificar esta iniciativa, el diputado remarcó: “No podemos seguir retrasando nuestro progreso (…) debemos estar a la par de la tecnología y de la vinculación carretera”.

A su vez, los detractores de este proyecto han señalado que la vinculación de las diferentes comunidades asentadas en las orillas del Piraí no es más que una excusa para promover edificaciones en los bordes del río, hasta 25 metros a cada lado, con el propósito último de recaudar grandes cantidades de dinero.

Al respecto huelga recordar que no es la primera vez que fuerzas políticas y sectores empresariales han presionado para expandir la mancha urbana de Santa Cruz en torno al Piraí. Sin embargo, estas presiones no han prosperado en gran medida gracias a diferentes estudios que advierten sobre las posibles consecuencias de aprobar trabajos en las riberas del río.

Por ejemplo, existe coincidencia entre los especialistas respecto a que si se destruye la cobertura boscosa y la tierra del cordón ecológico se anularía la capacidad de amortiguación de esta área, esencial para evitar la acumulación de sedimentos, tierra e inundaciones de consideración durante la época de lluvias. Los ambientalistas también coinciden en que el cordón ecológico protege a la capital cruceña de los vientos, genera humedad y equilibra la temperatura.

Y por si todo lo anterior no fuese suficiente, el ingeniero ambiental César J. Pérez advierte en un estudio publicado el año pasado que “esta sección de la cuenca es una de las zonas más importantes para la recarga hídrica de los acueductos que brindan agua a las distintas poblaciones cuenca abajo, incluyendo a la ciudad de Santa Cruz”.

Por todo lo mencionado, es de esperar que este gesto protagonizado por la ciudadanía cruceña sirva para impulsar un riguroso debate, con base en estudios de impacto ambiental, social y económico, sobre la mejor manera de preservar y aprovechar el cordón ecológico del río Piraí, así como de otras áreas naturales del país, teniendo siempre como norte un desarrollo sostenible en favor de las actuales y futuras generaciones.