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Consecuencias del racionamiento de agua

El racionamiento de agua sufrido en la ciudad de La Paz en los últimos meses suscitó varios inconvenientes para la población y para la misma empresa de agua, muchos de los cuales ya fueron resueltos en gran medida. Sin embargo, si no se toman las previsiones necesarias, el racionamiento puede convertirse en algo corriente, sobre todo como consecuencia del deterioro en la infraestructura de suministro de agua potable. Principalmente en la red de distribución, uno de los componentes más importantes del sistema y paradójicamente el menos valorado por la población, debido a que no es visible, ya que se encuentra enterrado. Una evidencia clara de esta situación se presentó hace algunos días con la rotura de una tubería principal que alimenta a varios barrios de la zona Sur.

Las redes de suministro de agua están diseñadas para trabajar permanentemente y no para hacerlo de forma esporádica o intermitente, como ocurrió durante el periodo de racionamiento. En este lapso de tiempo se generaron los siguientes problemas.

i) Los ciclos de periodos secos y húmedos producen corrosión y el deterioro de los accesorios de la red; además, reducen el rendimiento de los medidores de agua.

ii) En comparación con lo que ocurre en un sistema con suministro continuo, la infraestructura se deteriora con mayor rapidez, debido a la operación más frecuente del sistema. Una de las principales falencias se produce en las válvulas, que sufren un mayor desgaste.

iii) La presencia de aire atrapado entre dos volúmenes de agua sometidos a presión puede provocar importantes sobrepresiones. Esta situación es muy común en el suministro por horas cuando se inicia la distribución. Este fenómeno puede causar daño y fisuras en la tubería, uniones y accesorios, lo cual posteriormente producirá fugas.

iv) En las pocas horas de suministro, la población debe consumir y almacenar el volumen necesario de agua para todo un día o más tiempo. Esto conlleva un flujo de agua mayor al que normalmente circula por las tuberías. En consecuencia, las presiones tienden a bajar, lo cual, incluyendo las pocas horas de suministro, reduce las fugas durante el periodo de racionamiento, pues éstas son directamente proporcionales a la presión.

v) Finalmente, en las horas sin suministro las redes son muy vulnerables a cualquier tipo de ataque. Por ejemplo, en estas horas puede incrementarse el número de instalaciones clandestinas, y estos trabajos improvisados suelen dejar puntos de fuga.

La experiencia en otros países que tuvieron problemas de racionamiento de agua muestra que tras la reposición del suministro continuo, la red empieza a presentar una mayor vulnerabilidad. Los problemas estructurales sufridos durante el periodo de racionamiento empiezan a visibilizarse, existe un incremento notable de roturas en la red, y se acrecientan las fugas. Dos son las razones fundamentales para que se manifiesten estos problemas: el mayor número de horas de suministro y el incremento de las presiones en la red.

El racionamiento tiene como consecuencia principal la reducción de la vida útil de la red, además del incremento de volúmenes suministrados, pues crecen las pérdidas de agua en forma de fugas, aquellas que no se ven y las que afloran desde el suelo. Por otro lado, las fugas pueden resultar más problemáticas, considerando las características del suelo y la topografía de La Paz.

Bajo este escenario, el cuidado del agua involucra también el cuidado de la red de suministro. Deben intensificarse las medidas de gestión técnica; es primordial un mayor control y monitoreo de la red. La sectorización, el control activo de fugas y la gestión de la presión son tareas que pueden ayudar a mitigar estos problemas.

* es doctor en Ingeniería del Agua y Medioambiental, docente de posgrado y pregrado de la Universidad Técnica de Oruro.