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Las tetas y el paraíso

La edad para el consentimiento sexual en Colombia es a los 14 años. A los 18 se puede contraer matrimonio. Si un chico o una chica se quiere casar antes, tendrá que hacerlo con permiso paterno. En este país se vota a los 18. Para trabajar, la ley dice que se ha de tener 15 años. Si se quiere entrar en el mercado laboral antes, hay que preguntar a los padres. A los 16, con una autorización, se puede tramitar la licencia de conducir.

La Corte Constitucional ha otorgado otro derecho a los mayores de 14 años: podrán someterse a cirugías estéticas, siempre que lleguen al médico con el consentimiento de sus padres.

La polémica está servida: algunos expertos dicen que a esa edad “no se ha completado el desarrollo emocional”. Otros aseguran que los adolescentes tienen que pasar por “un proceso de aceptación de su cuerpo”, antes de arrepentirse de los cambios del bisturí. Y están aquellos que aseguran que estas decisiones pueden venir de “patologías que ya existen en casa”; padres, madres y otros familiares que inducen al quirófano. Estos, los argumentos que se recogían en la legislación hasta que habló la Corte.

En ninguna parte leo que en 2016 murieron 30 personas por estas operaciones, en muchos casos relacionados por la falta de regulación. Tampoco se debate sobre que el culto al cuerpo en Colombia sigue muy relacionado con la necesidad de muchas jóvenes de convertirse en el prototipo de mujer de narco. Ya sabe, sin tetas no hay paraíso. Y sin educación, tampoco.