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El voluntariado también es un trabajo

El voluntariado ocupa un lugar central en la consolidación de toda la comunidad

/ 9 de mayo de 2017 / 04:00

Pocas veces nos hemos puesto a pensar el voluntariado como un trabajo. ¿Tiene el voluntariado valor económico aparte del social?, ¿cómo se involucra mi actividad voluntaria con la búsqueda de un trabajo remunerado? Muchos jóvenes del país realizan un trabajo voluntario comparable en calidad y cantidad a los trabajadores que cumplen el famoso “horario de oficina”. Un breve análisis del valor de los voluntarios es realmente sorprendente.

“Y… ¿te pagan por eso?” Esta es una pregunta muy frecuente que todos los que hacemos voluntariado hemos escuchado alguna vez. Si queremos establecer un valor económico al trabajo voluntario, debemos tener en cuenta varios factores: la cantidad de voluntarios, las horas, los ámbitos, los tipos de trabajo y el salario mínimo, entre otros. De manera general, si decidimos utilizar el método “costo total de reemplazo”, podemos fijar este criterio asignado a las horas de trabajo voluntario el importe que costaría contratar a alguien para realizar la labor que cumple el voluntario sin remuneración. Según el primer Informe sobre el estado del voluntariado en el mundo de las Naciones Unidas en 2011, son 140 millones las personas que hacen trabajo voluntario de manera sistemática. Este trabajo es considerado la octava economía mundial.

El voluntariado ocupa un lugar central en la consolidación de toda la comunidad. Motiva a las personas a comportarse como ciudadanos responsables y les proporciona un entorno en el que pueden participar y contribuir a mejorar la sociedad. Además, fomenta la solidaridad social, aumenta el capital social y mejora la calidad de vida, pues sirve como medio de inclusión y de integración social. En el caso de Techo-Bolivia, los voluntarios confirman que están orgullosos de su aporte a la sociedad. Valoran el reconocimiento que reciben de las personas en su comunidad, las nuevas aptitudes que aprenden, y tienen un marcado sentido de pertenencia a la organización.

Comparando la normativa laboral, la figura jurídica más similar al voluntariado que encontramos en la Ley General del Trabajo es el Contrato de Aprendizaje, donde el trabajo puede ser remunerado o no. Su redacción nos da a entender que este contrato se realiza principalmente para jóvenes. A pesar de esto, no es el caso del voluntariado, pues éste no se limita a ninguna edad, sumando que luego de realizado el aprendizaje, sigue realizando dicho trabajo. Además, el voluntariado no se limita a dos años como establece el Contrato de Aprendizaje de la Ley General del Trabajo y puede ser para toda la vida.

En lo que respecta a los gobiernos y organizaciones públicas, el voluntariado puede alivianar la carga de trabajo y también hacerlo de un modo transparente, responsable y representativo. Tomar en cuenta al trabajo voluntario mejoraría la eficiencia y la legitimidad de las actividades gubernamentales.

En conclusión, teniendo en cuenta el aporte económico, el aporte social e inclusive el mejoramiento de la gobernanza, nos damos cuenta de que el voluntariado es un verdadero trabajo. A pesar de no recibir remuneración, el voluntariado incide de manera positiva en muchos factores de nuestra sociedad. El hecho de no recibir una remuneración no limita la falta de seriedad del trabajo; al contrario, creo que desprende el factor individual y lo reemplaza con el sentido de colectividad.

* es director Social de Techo Bolivia.

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Día Internacional del Voluntariado

Los voluntarios/as trabajan de manera incansable con el propósito de crear un futuro mejor para todos

/ 7 de diciembre de 2017 / 03:58

Feliz día para todos los voluntarios que trabajan por el desarrollo del país! Aunque nos pueda parecer algo raro, cada 5 de diciembre se celebra el Día Internacional del Voluntariado. Pero ¿por qué dedicarle un día al voluntariado?, ¿para qué sirven los “días internacionales”?, y de manera nacional, ¿hay algún reconocimiento?

En 1985, la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a los gobiernos a celebrar todos los años, el 5 de diciembre, el Día Internacional de los Voluntarios y los exhortó a adoptar medidas para que se cobrara mayor conciencia de la importante contribución de los voluntarios, estimulando así a más personas en todas las condiciones sociales a ofrecer sus servicios, tanto dentro de su propio país como en el extranjero. Esta fecha se celebra no solo para resaltar la labor del voluntariado en todas sus facetas, sino también para rendir un homenaje especial a todos los voluntarios que trabajan para conseguir una mejor sociedad.

El órgano más representativo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es la Asamblea General, y es la que designa tal o cual fecha como “Día Internacional”. Esto con el fin de sensibilizar, concienciar, llamar la atención, señalar que existe un problema sin resolver, un asunto importante y pendiente en las sociedades para que, a través de esa sensibilización, los gobiernos y los Estados actúen y tomen medidas o para que los ciudadanos así lo exijan a sus representantes.

A nivel nacional, las autoridades han tenido algunos esfuerzos aislados para darle el reconocimiento que merece el voluntariado. En 2005 se aprobó la Ley del Voluntariado, que tiene por objeto regular los derechos y deberes de los voluntarios/as e instituciones que tienen esa finalidad. En septiembre de este año, la Alcaldía de La Paz promulgó la Ley Municipal Por las Juventudes, que reconoce de forma curricular y laboral el voluntariado a modo de promover estas acciones. También establece la creación del Registro Municipal de Voluntariado.

Esto nos demuestra que las autoridades reconocen la labor voluntaria de muchas organizaciones que se encuentran en el país, tomando acciones concretas, como es el caso de la Fundación Techo Bolivia, que busca superar la situación de pobreza en la que viven miles de familias con programas que fomentan el desarrollo comunitario a través de la acción conjunta de jóvenes voluntarios/as y vecinos que viven en esa situación.

Para concluir, es innegable que los voluntarios/as trabajan de manera incansable con el propósito de crear un futuro mejor para todos. Contribuyen al bienestar nacional y, en momentos de crisis, su solidaridad no conoce fronteras. También contribuyen a eliminar la pobreza y atenúan los efectos de las catástrofes. El voluntariado brinda a los más marginados de la sociedad una oportunidad para participar en los procesos de toma de decisiones. Los voluntarios pueden hacerse escuchar para influir en los diálogos, cuestionar las normas sociales y promover los valores que todos defendemos. Son una pieza fundamental para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y su contribución es fundamental para el futuro de los pueblos y el planeta. Su dedicación y entusiasmo pueden servirnos de inspiración a todos.

A propósito de la conmemoración del Día Internacional del Voluntariado, reconozcamos el inmenso valor que los voluntarios/as aportan al mundo y a nuestro país. Apoyémoslos, al igual que hacen ellos con los demás, y aplaudamos su espíritu de ciudadanía y su determinación para crear un futuro de paz, prosperidad y dignidad para todos.

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