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Becas sin becarios

Desde 2014, el Gobierno del Estado Plurinacional oferta becas de posgrado en diversas especialidades técnicas y productivas, con el fin de mejorar las competencias de los recursos humanos que trabajan en las empresas estratégicas del país. Lamentablemente, apenas un tercio de las vacantes ha sido cubierto a causa del poco interés y la falta de apropiada preparación.

En efecto, desde septiembre de 2014, cuando se aprobó el Decreto Supremo 2100, el Estado ha ofertado, a través del Consejo Interinstitucional de Becas de Estudio de Posgrado para la Soberanía Científica y Tecnológica (CIBEST), 100 becas anuales para profesionales con excelencia académica en áreas estratégicas y productivas. De las 300 plazas ofertadas hasta ahora, solo 117 (equivalente al 39%) han sido ocupadas.

Según datos del Viceministerio de Educación Superior, en la primera convocatoria, de 2014, se presentaron 600 postulantes, de los cuales 42 fueron aceptados en las universidades extranjeras. En la segunda se presentaron 300 profesionales y 49 aprobaron las pruebas. Finalmente, en la tercera, de 2016, postularon 170, de las cuales 30 obtuvieron una plaza para sus estudios de posgrado.

El viceministro del área explicó a este diario que la inversión anual por estudiante asciende a $us 50.000, que sirven para costear pasajes aéreos, seguros, asignación mensual, matrículas y colegiatura, estudios del idioma local, libros y gastos en investigación. El requisito esencial para postular a las becas del Estado es volver al país al terminar los estudios con el fin de aplicar los conocimientos adquiridos en alguna de las empresas estatales; quienes fallen en su intento de obtener un diploma de maestría o doctorado, deben devolver todo el dinero invertido.

El principal obstáculo para quienes postulan a las becas está en el alto nivel de exigencia de las pruebas a que son sometidos en las universidades a las que aspiran entrar, que incluyen, además de un elevado conocimiento del inglés, razonamiento verbal, matemático y abstracto. En el proceso ha quedado claro que en las más importantes universidades del mundo, el dinero (pues todas ellas son costosas, y eso sin contar los gastos de hospedaje y alimentación) importa menos que la capacidad intelectual.

Preocupación aparte merece el dato que tan pocos profesionales formados en el país logren superar las pruebas para acceder a los estudios de posgrado en universidades extranjeras, lo que no significa que no haya bolivianas y bolivianos extraordinarios entre ellos.

Urge, pues, mejorar las condiciones en que se ofertan estas becas, ora trabajando en el ámbito universitario, para asegurar que las y los postulantes estén en condiciones de superar las pruebas; ora celebrando acuerdos con otros Estados y universidades para asegurar el ingreso de quienes aspiran a esos estudios.