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Soberanía audiovisual para el cine boliviano

Luego de casi seis años, el debate sobre una nueva Ley del Cine y Audiovisual Boliviano está tomando cuerpo, por una decisión de la ministra de Culturas, Wilma Alanoca Mamani, quien convocó al sector audiovisual para conformar de manera plural una comisión de acompañamiento al proceso de redacción final de la futura norma.

Son cuatro los pilares fundamentales que el sector del cine y audiovisual boliviano ha insistido incluir en el anteproyecto, el tema principal es el concepto de “soberanía audiovisual”, que consiste en implementar una política estatal de protección y priorización de la producción nacional para el campo cinematográfico y audiovisual.

El segundo pilar es la creación de un fondo de fomento compuesto de un porcentaje de las ganancias que genera la exhibición de cine extranjero, la televisión pagada y el consumo masivo de audiovisual vía internet.

Un tercer punto tiene que ver con la participación activa del sector compuesto por realizadores y trabajadores de toda la cadena productiva, para la definición de políticas públicas en el campo del cine y audiovisual en el país.

Un cuarto pilar, no menos importante, es la visibilización del cine indígena como un rasgo que destaca al país, en torno a una práctica de apropiación de las nuevas tecnologías de la comunicación audiovisual, para el fortalecimiento de las diversas identidades del Estado Plurinacional.

Es bien sabido que la mayor actividad cinematografía en Bolivia tiene que ver con el consumo de cine norteamericano, que acapara el 99% de la cartelera en las distintas salas del país, el cine europeo y el latinoamericano están casi proscritos de las multisalas, y esto responde a una política de acaparamiento del mercado por parte de un solo proveedor, el cual tiene la tecnología más avanzada para la gigantesca industria del entretenimiento. Entretanto, el cine realizado por bolivianos está condenado a desaparecer si no se establece una política nacional de protección, como ocurre en muchos países del continente.

La nueva Ley del Cine y Audiovisual Boliviano se encuentra atrasada con relación a la revolución que se vivió en los demás países de la región; Argentina, Colombia, Perú y Ecuador se adelantaron, y en la actualidad incrementaron significativamente la cantidad de filmes propios a estrenarse en los circuitos comerciales de sus respectivos países. Esta revolución se propició con el importante respaldo de los Estados que apostaron por revitalizar a un sector que hoy está en la vanguardia de las industrias creativas del entretenimiento.

La idea de “soberanía audiovisual” para nuestro país no es una frase que quiere ser concordante con la soberanía alimentaria impulsada actualmente por el Gobierno, conlleva toda una visión política en favor de crear las condiciones para que se active en cada ciudad del país y del área rural la economía generadora de empleo, consumo de bienes y servicios relacionados con la creación y comercialización de imágenes en movimiento, desde cortos, series, hasta los documentales y películas de todo género, diseñadas para las salas de cine, televisión e incluso para internet.

Este enfoque no pretende expulsar al “cine gringo” de las salas instaladas en el territorio nacional, busca más bien impulsar nuestras propias capacidades creativas con el aporte de los consumidores, hombres y mujeres, que tienen consolidado su gusto y preferencia por este tipo de producto audiovisual. El propósito de esta iniciativa es el de promover un cine con identidad y, de esta manera, exportar al mundo nuestra riqueza cultural con la promoción del país y el incentivo del turismo.

La nueva Ley del Cine y Audiovisual Boliviano está a punto de concretarse, es el momento de generar las condiciones para un nuevo despertar y para enaltecer uno de los orgullos bolivianos, cual es su propio cine. Tenemos la esperanza de que esta norma propiciará, fundamentalmente, nuestra libertad de expresión, desde la imagen en movimiento y acorde con el derecho a la comunicación.

* es presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz.