Icono del sitio La Razón

Producción e importaciones en Bolivia

En los últimos 12 años se tuvo un crecimiento significativo en la producción de alimentos y en la ampliación de la frontera agrícola. Siendo que desde 1992 hasta 2002, periodo clave de los gobiernos neoliberales, solo se producía un promedio de 7,9 millones de toneladas (t) de alimentos agrícolas, pero a partir de 2006 se incrementó llegando a la mayor producción en 2015, año en el que se produjo 17,26 millones de toneladas de alimentos agrícolas en 3,68 millones de hectáreas.

2016 no fue nada favorable para la producción agrícola nacional. Debido a la peor sequía de las últimas décadas, se alcanzó a una producción de 15,67 millones de toneladas en 3,44 millones de hectáreas, con una reducción del 9% con relación a 2015. No se tuvo mayores problemas en la producción en general, excepto en los cultivos de arroz y maíz, que registraron caídas de importancia. El déficit del arroz se atendió con las reservas de Emapa; y en el caso del maíz, se tuvo que autorizar su libre importación desde el 2 de agosto.

Para 2017 se estima un crecimiento de la producción en torno al 8,9% con relación al año anterior, con lo que se alcanzarían 16,57 de toneladas en 3,44 millones de hectáreas. No obstante, se estimaba una disminución en la producción de papa; aunque la siembra tardía se vio favorecida con las últimas lluvias, por lo que no hay riesgo de desabastecimiento en el mercado, más aún tomando en cuenta que el Gobierno ha creado el Programa Nacional de Papa, con una inversión presupuestada de Bs 100 millones para 2017.

Algunos analistas de la producción alimentaria en Bolivia, desconociendo datos, han tratado de desmerecer el esfuerzo de los bolivianos, enfocando a la importación como el aspecto de mayor crecimiento. En 2014 se importaron 887.071 toneladas de alimentos agrícolas, por un valor de $us 761,75 millones.

En 2015 se importaron 691.256 toneladas de alimentos por un valor de $us 628,09 millones; y en 2016 la importación llegó a 969.158 toneladas por un valor de $us 682,68 millones. Es decir que, en cuanto a valor, el año de mayor costo en la importación fue 2014, y en cuanto a la cantidad, 2016.

Respecto a la importación de 2016, del total (969.158 t), los productos de mayor consumo (harina de trigo, trigo en grano, maíz amarillo, duro papa, manzana, arroz beneficiado, aguas elaboradas, cebolla, frutas, leche, entre otros) representaron 699.116 t; mientras que los productos que no ponen en riesgo al mercado nacional (malta tostada y sin tostar, mezclas y pastas para panadería, alimentos para perros y gatos, cerveza de malta, preparaciones y conservas, almidón y fécula, bebidas alcohólicas, galletas, bombones, caramelos, preparaciones alimenticias, chocolates, confitería, embutidos, chicles y gomas de mascar, cigarro, tabaco y otros) llegaron a 270.042 t. En cuanto a los productos de mayor consumo, la importación de harina de trigo representó un 27%; de trigo en grano, 12%; y de maíz amarillo duro, 10%. Es decir que estos tres rubros concentraron el 49% de las importaciones, efecto que se dio debido a la sequía.

Sin embargo, si relacionamos las importaciones de 2016 (969.158 toneladas) con la producción (15,67 millones de t), las primeras representan solamente el 5,8% del total; es decir que la producción nacional tiene capacidad para abastecer el consumo interno incluso en periodos de emergencia. Por eso, con mucha razón podemos asegurar a la población que la producción nacional de este año garantizará sobremanera el mercado interno, considerando que el 8,9% de crecimiento estimado con respecto a 2016; además, es de esperar que las importaciones también disminuyan al 3,9%, como ocurrió en 2015. Hay que trabajar en la producción de trigo, pero en el del maíz se prevé una excelente producción gracias al incentivo formulado por el Gobierno.

* es ministro de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia.