Cotidiana violencia
Las mujeres sufren, en un alarmante porcentaje, diversas formas de violencia
El domingo anterior, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó en este diario una separata con los resultados de la Encuesta de Prevalencia y Características de la Violencia contra las Mujeres, estudio que confirma el bien conocido dato de que las mujeres sufren, en un alarmante porcentaje, diversas formas de violencia, sin distinción de etnia ni de clase.
El estudio, realizado entre septiembre y noviembre de 2016 en todo el país, en las áreas urbanas y rurales, se propone “generar información estadística sobre la magnitud de los distintos tipos de violencia de género”, incluyendo los que se producen en los ámbitos privado y público, así como el conocimiento de las mujeres sobre las instancias de justicia habilitadas para enfrentar la violencia, así como su percepción sobre la respuesta institucional.
El primer dato que arroja el informe, que no sorprende por conocido, pero sí indigna, es que en Bolivia 75 de cada 100 mujeres casadas o en convivencia sufren o han sufrido uno o más tipos de violencia, aunque solo el 44,4% de las encuestadas reconoce haberla padecido en los últimos 12 meses. La proporción se reduce a 52% en el caso de las mujeres solteras, lo que claramente indica que el matrimonio o la vida en pareja es fuente de inseguridad para ellas.
Las formas más comunes de violencia son la psicológica, padecida por el 60,3%; la física, que afecta al 50,3% de ellas; la sexual, infligida sobre el 34%; y la económica, que afecta al 31,3%. Cuando se indaga sobre los casos padecidos en los últimos 12 meses, las cifras se reducen a la mitad, pero la proporción es la misma. Al observar la relación entre violencia sufrida y nivel educativo, se descubre que, aunque hay diferencias, no son tan significativas: 81,1% de las mujeres sin ninguna instrucción han sufrido violencia en algún momento de sus vidas; el 64,5% de las que tienen formación superior la han padecido; en medio de ambos extremos están quienes tienen algún grado de instrucción, oscilando entre el 79% y el 71%.
La encuesta también indaga sobre las justificaciones a la violencia, descubriéndose que aproximadamente 34 de cada 100 mujeres justifican este comportamiento. La proporción se duplica entre las mujeres del área rural: 53,7%. Concomitante, llama la atención el dato que muestra que apenas un tercio o menos de las mujeres pueden tomar decisiones por sí solas en cuestiones tales como trabajar o estudiar (36%), salir de la casa (31,3%) o tener relaciones sexuales (7,5%).
Hasta aquí solo se mencionan los datos referidos a la violencia padecida en el ámbito privado, los datos del ámbito social o público son igual o más alarmantes y merecen otro comentario posterior. Queda, mientras tanto, la certeza de que los avances que han logrado las mujeres siguen siendo pobres cuando se los contrasta con situaciones estructurales que no tienen visos de cambiar pronto.