Dentro de la fauna periodística boliviana existe un raro espécimen cuya área de cobertura noticiosa es diversa. Y al igual que los camaleones, son famosos por su habilidad de cambiar según las circunstancias. Son llamados “nocheros”, los del “Cierre”, “alfileres” (por un espacio que un matutino denominó Al Filo), entre otros.

Este grupo de noctámbulos lleva información fresca a las salas de redacción de los diarios, sitios web, canales de televisión o radios. Ellos relatan a su audiencia sobre los pormenores de un último concierto, la conclusión de una larga sesión legislativa, los resultados de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el sector que le toque estar en conflicto, algún accidente, quizá detalles de un cóctel por el aniversario de determinada institución y, en general, novedades que no se registran en horarios de oficina.

Mientras el lector, televidente, radioyente duerme, ellos desarrollan su faena con la firme intención de sorprender en la mañana a su audiencia.

Los “nocheros” deben saber un poco de todo para su trabajo; y no es  tarea sencilla entender a cabalidad en una misma noche-madrugada los códigos policiales, procedimientos judiciales, interpretar las declaraciones de algún político, e incluso probablemente algo de moda en caso de que se presente un desfile.

Para ellos, las condiciones de trabajo no son siempre las más favorables, deben combatir cada noche el sueño y el frío. Son grandes consumidores de coca, café, cigarros y alimentos poco nutritivos. No suelen vestir de terno y corbata, un atuendo con el que erróneamente nos imaginamos a todos los periodistas.

Para que la información llegue fresca en la mañana existe además un ejército de personas que trabajan en las rotativas de los diarios y las salas de edición, allí están otros noctámbulos: correctores, diseñadores, fotógrafos, editores, camarógrafos, técnicos, choferes…

Es una labor gratificante y una experiencia en la que se aprende más de lo que uno puede imaginar. Desafortunadamente los trabajadores que cumplen estas funciones no siempre son retribuidos adecuadamente. Muchos medios de comunicación incumplen con la dotación del servicio de transporte a domicilio y los salarios no están acordes al desgaste físico.

Habrá que recordar que el Artículo 55 de la Ley General del Trabajo dispone una recarga extraordinaria del 25% al 50% para el trabajo nocturno realizado en las mismas condiciones que el diurno. Además, que está en plena vigencia el Decreto 1151, el cual obliga a las empresas periodísticas a garantizar el transporte nocturno entre las 22.00 y las 07.00.