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Dos lecciones

El éxito también puede conducir a la derrota. Lo advirtió el expresidente Rafael Correa en la reciente Conferencia Mundial de los Pueblos “Por un mundo sin muros”, realizada en Tiquipaya (Cochabamba). Y aquí vamos a citar dos de los varios ejemplos de quien fue durante años presidente de Ecuador.

i) En 1999, la alianza del poder político con el poder económico de los bancos alcanzó su máxima expresión en Ecuador bajo el pretexto de que el sistema financiero se había autorregulado. Lo que sucedió fue el derrumbe, con préstamos vinculados, edificios faraónicos, exportación de divisas y otros derroches con el dinero de los depositantes. Dieciséis bancos privados quebraron, fueron congelados los depósitos del público, y un año después, devueltos con solo el 40% de su valor inicial (por cada 100 dólares depositados devolvieron 40). El desempleo superó el 14% y el Producto Interno Bruto se redujo en 30%. Como parte de la “solución” ante este descalabro, se adoptó el dólar como moneda nacional. Uno de los impactos sociales (además de suicidios, incluso de niños y adolescentes) fue la emigración de millones de personas hacia Estados Unidos y Europa. Correa estima que la mitad de los niños de su país fueron criados por abuelos o hermanos mayores.

De inmediato, los migrantes iniciaron el envío de remesas a sus familiares, hasta convertirlas en el segundo ingreso de divisas del Ecuador, después de las exportaciones de petróleo. “Eso es lo que rescató a la economía nacional. Al país lo salvaron los pobres. Ojalá entendiera eso la soberbia de los ricos. Y la paradoja es que a los dos años de esa tremenda crisis, los bancos estaban rompiendo récords de utilidades, y esa plata la enviaron otra vez fuera del país. Mientras los migrantes siguen enviando sus euros, sus dólares, al país”.

ii) El síndrome de doña Florinda: en la serie mexicana El Chavo del 8, quien tiene una situación económica estable en la vecindad es la señora Florinda. Ese privilegio hace que ella se sienta superior a los demás y empieza a llamar a los vecinos chusmas, maltrata a los obreros pobres como don Ramón, malcría a su hijo Quico, y es complaciente y amable con el capitalista de la historia, el señor Barriga.

Correa recordó que en las recientes elecciones presidenciales de su país, el 44% del pueblo votó por la derecha y buena parte de esos votantes son personas que durante los 10 años recientes de gobierno salieron de la situación de pobreza. Sus ingresos los ubicaron como nueva clase media. Un sector de la población que reniega de principios y de su propia anterior condición para aliarse con quienes los mantuvieron en la pobreza, con quienes siempre buscan diferenciarse y, por ello, crean sus escuelas, barrios, clubes y universidades exclusivas.

Correa sostiene que la ausencia de conciencia ha sido uno de los fracasos de la izquierda en el continente, porque es duro luchar contra el consumismo y el individualismo que tanto atraen a la gente. Ambos casos, con sus peculiaridades, parecen historia conocida. Han sucedido y suceden aún, aquí también.