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Las aguas del Silala

El lunes 3 de julio vence el plazo para que Chile presente los argumentos que sostengan la demanda que planteó contra Bolivia en 2016 en relación a los manantiales del Silala. La nación vecina le ha pedido a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que declare el reservorio acuífero un río internacional de curso sucesivo.

Chile ha adoptado una estrategia mediática bastante robusta en este proceso. Comenzó con José Miguel Insulza, quien cuando fue agente acreditado ante la CIJ recorrió las áridas tierras del norte chileno. Luego, el mismo canciller Heraldo Muñoz, junto con un grupo de legisladores, llegó hasta los canales artificiales por donde transcurren las aguas del Silala a su país. Le faltó ver las emanaciones del agua subterránea que dan utilidad a esos acueductos chilenos.
Una vez que la memoria del vecino país llegue a manos de Bolivia, comenzará formalmente la preparación de una respuesta, que pasará, esencialmente, por defender la naturaleza de las aguas del Silala. Estos recursos hídricos, según estudios que se hicieron antes del litigio, residen en el subsuelo, en un área que corresponde a la soberanía de Bolivia. No obstante, Chile asegura que se trata de una naciente de un río internacional, hipótesis que el país deberá desvirtuar con antecedentes de peso y argumentos sólidos.