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¿A qué arco patean los gringos?

Un informe de la Oficina de Naciones Unidas para la lucha contra las Drogas y el Delito (ONUDC) publicado esta semana revela que en los países en que EEUU se esfuerza por luchar contra el narcotráfico, este ilícito negocio aumenta. “En 2016, la producción mundial de opio aumentó un tercio en comparación con el año anterior y esto se debió principalmente a la mayor producción de adormideras en Afganistán. A partir de 2013-2015, el cultivo del arbusto de coca aumentó en un 30% principalmente como resultado del aumento del cultivo en Colombia”, señala el mencionado informe.

Estados Unidos invadió Afganistán el 7 de octubre de 2001 con el argumento de combatir al régimen talibán. En el momento de mayor tensión desplegó 100.000 soldados. Actualmente mantiene 9.000. El costo de la guerra fue en $us 685.600 millones por el Servicio de Investigación del Congreso de EEUU.
Un balance de la agencia Reuters de octubre de 2016 afirma que “El cultivo de opio, prohibido por la estricta interpretación del islam de los talibanes, ha reaparecido durante la guerra. Un informe de la ONUDC estima la magnitud del cultivo de opio en Afganistán en más de 200.000 hectáreas, mientras que las cifras finales pueden exceder el récord de 224.000 hectáreas en 2014 (…) Solo los esfuerzos antidrogas le han costado a Washington más de $us 8.400 millones. Afganistán produce hoy en día más del 90% de la heroína del mundo, en mayores cantidades que antes del 2001”.

En América Latina, EEUU, bajo pretexto de luchar contra el narco-terrorismo, impulsa el Plan Colombia, al que aportó cerca de $us 5.500 millones desde el 2.000. Cuenta en Colombia con siete bases militares: Tolemaida, Larandia, Malambo, Palanquero, Apiay y las bases navales de Cartagena y el Pacífico. La ayuda estadounidense establece que puede mantener un máximo de 800 militares y 600 civiles en ese país para la lucha contra el terrorismo y las drogas (cocaína).

En su informe de 2016, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (Jife) señala que los cultivos de coca en Colombia se incrementaron un 39% entre 2014 y 2016, al pasar de 69.000 hectáreas a 96.000 en ese periodo. Ese dato fue ratificado por el informe 2017 de la ONUDC.